Elecciones a sangre y fuego
RAÚL MANDUJANO SERRANO
Y llegamos al final del proceso electoral más grande y complejo en la historia de México –dice con cierta emoción el hacedor de los dogmas profanos-. Algunos, sino es que todos los innumerables partidos registrados en estas elecciones intermedias creyeron que la fiesta por la democracia implicaba salir a las calles a “echar desmadre”, disfrazarse y hablar estup… tonterías (perdón por el exabrupto, expresa el amanuense). Vergüenza terrible la forma en que se derrocho el dinero público, si, sus impuestos, nuestros impuestos fueron lo que vio usted en la calle.
Tristemente, este proceso, que no fiesta, se disputó a sangre y fuego, con mentiras y manipulación, con un vergonzoso despilfarro de dinero invertido en un show mediático que ¡ojo! No abona nada a la democracia. Los mexicanos hemos sido displicentes testigos de asesinatos, ataques a balazos, secuestros, golpes y amenazas, descalificaciones de candidatos contra candidatos, o candidatas con frías intenciones, de la aparición de grupos pseudo defensores del voto, simulaciones de ataques de grupos criminales o de subliminales y tendenciosos mensajes gubernamentales.
Estas elecciones se convirtieron en las más violentas. Mire –refiere el periodista-, varias consultoras especializadas, informaron que, hasta este momento, óigalo bien, han ocurrido 34 homicidios y 786 agresiones violentas, vinculadas a la política y los partidos, denunciadas ante las distintas fiscalías del país, y aunque el Gobierno afirma que existe plena coordinación para afrontar los escenarios de violencia, parece más bien que nomás nos están dando a chupar atole con el dedo.
Los boots o personas contratadas para replicar el discurso mediático en redes sociales, justifican las acciones de sus patrones con discursos revanchistas contra sus dizques opositores, y que curiosamente, fueron también afiliados de esos partidos que hoy odian, y lo fueron por décadas ¿eh?
Hablaron de un cambio, ese discurso clásico y desgastado que, en cada elección, usan los candidatos, aunque, a falta de mensajes convincentes, le agregaron ese condimento del uso de la vacuna con fines políticos, del mal control de la pandemia –que ha dejado casi 260 mil muertes-, que si se les cayó el Metro y también el teatrito de la honorabilidad y el combate a la corrupción con un avión presidencial estacionado, que si se compró una refinería en quiebra, pero ¿y los problemas reales? ¿Los de la gente en la calle?
Colofón. – Salgamos a votar
Mientras degusta de una torta de milanesa con mole verde y queso, acompañada de un vaso de jugo de mandarina, el hacedor sotanero anuncia a los contendientes electorales que, en cada colonia, comunidad o localidad, municipio y entidad, existen problemas específicos que no mencionaron, que generalizaron nada más. Nadie dijo cómo enfrentarán los retenes de grupos criminales, los diarios asaltos al transporte público, la falta de conectividad para tomar clases en línea, el peligroso retorno a las escuelas, la falta de luz y agua, el incremento a los precios de la canasta básica, por los aumentos constantes a la gasolina y el gas, en fin.
Y ahí estamos todos los ciudadanos, en medio, esperando y creyendo en el regreso a la normalidad, para ser libres de trabajar, de caminar, de vivir. Creamos y salgamos a votar, para decidir qué queremos y quién realmente puede ayudarnos a lograrlo, para acabar con los cacicazgos de todos los colores. Le diré algo –expresa el tabernero informador-, el enorme desafío que tienen las autoridades en este proceso no es ya evitar que los comicios se ensombrezcan con la violencia, esto ya ocurre, el verdadero reto es que esa violencia, no quede impune. Hasta otro Sótano.
Twitter: @raulmanduj