El vacío

LUCÍA LAGUNES HUERTA *

Hace una semana preguntaba ¿dónde está la autoridad que deja solas a las ciudadanas para hacer valer sus derechos? Nuevamente pregunto ¿dónde está la autoridad que ha dejado que el feminicidio se expanda impunemente en todo el país?

Morelos, Jalisco, Nuevo León, Veracruz, Estado de México, Oaxaca… están ahí sin autoridad alguna que asuma su responsabilidad de proteger a las ciudadanas.

Quince años atrás la ausencia de la acción de la autoridad, decían los propios gobiernos, era la falta de leyes para prevenir y sancionar la violencia –ojo: leyes que la autoridad era responsable de elaborar, promover y aplicar–, sin embargo, exigieron a las feministas y al movimiento amplio de mujeres que crearan el andamiaje legal para proteger a las mexicanas.

La tarea por parte de las mujeres organizadas a través de sus organizaciones se cumplió. Las feministas han hecho las leyes, las han negociado, las han llevado a los espacios legislativos, han negociado para que sean aprobadas, han negociado el presupuesto para que se apliquen, están vigilando, elaborando diagnósticos, etcétera.

Siguen haciendo solas la tarea, sin la autoridad. ¿Cuál es el pretexto ahora?

Sin importar el nivel de gobierno, ya sea municipal, estatal o federal, la autoridad sigue estando en falta. Ante un nivel de violencia generalizada, la vida y la seguridad de las mujeres se ponen en peligro, y más cuando la autoridad no cumple su mandato.

Por ello el incremento de mujeres desaparecidas, asesinadas o esclavizadas en las redes de trata y explotación sexual comercial. No hay pretexto que valga, ni discurso que subsane la inacción gubernamental.

Cuando este miércoles se conmemora el 58 aniversario del voto femenino –con un porcentaje histórico de legisladoras en el Congreso de la Unión, todo gracias a la organización de las mujeres–, se necesita ejercer ese poder para romper con la inercia gubernamental de no actuar, de que la autoridad deje solas a las ciudadanas haciendo oídos sordos a las demandas de protección y justicia.

Nuestras legisladoras tienen un compromiso con las ciudadanas: las diputadas y senadoras son las representantes de las mujeres, y herederas de una lucha histórica en la defensa de los derechos femeninos; gracias a ello las legisladoras están ahí, por tanto deben honrar esa historia protegiendo la vida y la seguridad de sus congéneres.

Deben romper con la política de simulación que las autoridades han aplicado para cumplir con su deber de manera efectiva. Las mujeres deben dejar de ser violentadas, deben dejar de perder la vida por la inacción de la autoridad.

Ni una mujer más debe engrosar las cifras del feminicidio ni de la violencia. La mejor conmemoración del goce pleno del derecho a la participación política femenina es que las ciudadanas vivan libres y seguras, con una autoridad que las proteja.

Twitter: @lagunes28

*Directora general de CIMAC.

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