El Ronco Sescos
JAIME ENRÍQUEZ FÉLIX
El apellido, tal y como se usa en Zacatecas –Sescosse- no existe en los registros más completos para la búsqueda de los linajes, que conserva celosamente y actualiza semanalmente el famoso diccionario Family Search. No existe el apellido como en Zacatecas se usa.
Razones para ello puede haber muchas: hay emigrados de guerras, como puede ser este caso, o personajes que faltan a la ley en sus naciones respectivas y cambian de lugar de residencia con nuevos nombres o con su apellido modificado. Este también podría ser el caso.
Estos migrantes llegaron a Zacatecas teóricamente de la República Francesa, más bien buscando el refugio económico de quienes en su patria fracasaron y encontraron un país noble como la República Mexicana que les brindara la posibilidad de hacer negocios lucrativos.
La figura del banco Mercantil de Zacatecas es la usura del siglo pasado sobre agricultores, pequeños comerciantes y sobre todo, los braceros que eran la migración oficial hacia los Estados Unidos. Los zacatecanos eran contratados por seis meses o un año en campos agrícolas aislados de toda la modernidad americana. El migrante acumulaba dólares para su retorno pero tenía un riesgo al portarlos personalmente de regreso a su casa, por lo que enviaban el dinero a través de giros telegráficos o postales: eran cantidades para el mantenimiento familiar. Estos pasaban al banco Mercantil que tardaba meses en pagarlos: en ocasiones llegaba primero el familiar a Zacatecas que su dinero, en lo que constituía un negocio de capitalización bancaria que contrastaba trágicamente con la consabida miseria de muchas familias.
El “Ronco” como le llaman sus amigos –que son pocos- y sus enemigos –que son más-,nunca pisó una escuela pública. Su escolaridad fue siempre en instituciones religiosas, por lo que nunca convivió con el pueblo sino con la aristocracia nacional. Terminó sus estudios en la Universidad Iberoamericana, para dedicarse en la Ciudad de México después, a enlatar chiles, zanahorias y chícharos: parecía que ese era el límite de su capacidad.
Como empresario mucho contribuyó a la quiebra de los negocios familiares: la de la fábrica de piloncillo, la de alcoholes, la harinera, la ladrillera. La segunda generación de emigrados no resistió la prueba de la capacidad y la fortuna se perdió.
El Ronco se incorporó –fracasado como empresario- al gobierno de Ricardo Monreal, como chalán, operando articulaciones con sus congéneres, que prácticamente eran empresarios. La finca de la Vecindad del Jobito que era propiedad de la familia, nunca pudo producir. Se trataba de un conjunto de viviendas para gente extremadamente pobre con la construcción cayéndose, en tanto que la zona “moderna” habitada por estudiantes y familias de bajos ingresos, no generaba recursos ni para el mantenimiento.
El Ronco tuvo la “genialidad” de cortejar como empleado a Ricardo Monreal. A través de artimañas fue salvada la vecindad de los bancos que, según cifras, ya adeudaba 5 veces el valor de la propiedad. Ricardo Monreal, generoso con lo que no era suyo, rescató a esta familia de fracasados comprando la propiedad –hoy es del ISSSTEZAC- en un valor superior al real, para resolver así, por varias generaciones, la economía de este grupo.
El Ronco opera las relaciones del gobernador ejidatario, Ricardo Monreal, con la aristocracia zacatecana. El artífice de lo que pasó después fue El Ronco. Empezó a hacer negocios turbios para el Gobernador, quedándose él mismo con gran parte de las utilidades.
Amalia García lo nombra Secretario de Economía: se apropia del Fondo Plata y otorga créditos para amigos personales, familiares y funcionarios públicos. El encargo postrero de Amalia García a Sescos, fue traer el Gas Natural a Zacatecas: nunca logró avanzar un milímetro del potencial ducto. Es hasta el gobierno de Miguel Alonso cuando el proyecto se concretó operado por otros personajes.
El Ronco Sescos desde la oficina del Gobernador donde no es más que un asistente o una secretaria de las de la academia del Ingeniero Luévano, no tiene jerarquía ni mando real sobre el gabinete, pero no hay negocio en que se instale una empresa nacional o internacional, donde este personaje no reciba la cuarta parte de la inversión por derecho de piso.
En estos días cuando Salinas de Gortari llegó a Zacatecas, fue el valet en turno para pasearlo por la ciudad: contrató aviones, cerró el hotel Quinta Real, rentó las ocho suburban e incurrió en gastos millonarios para atender a tan indeseable visitante.
Cuando Ivonne Ortega estuvo en Zacatecas de visita, existen grabaciones donde al Ronco le solicitan hotel, alimentos y demás, para trabajo “de mapachería”. Igual ocurre con el actual Secretario de Economía quien triangula la petición de la familia López, de 6 millones de pesos del Fondo Plata hacia el Ronco Sescos, para continuar los trabajos de proyectos sobre cuyo beneficio no recibirán nada los zacatecanos.
Así, se estima que la fortuna acumulada para él o para otros de este sexenio de corrupción, es de aproximadamente mil millones de pesos: esa cifra calculan sus amigos y enemigos. El Fondo Plata que él dirige tras bambalinas desde hace prácticamente 15 años, tiene 800 demandas gracias a la intransigencia de su director, Jorge Escareño, quien dice que él sólo recibe órdenes del actual gobernador de Aguascalientes que fue quien lo nombró, y del Ronco Sescos El volumen de demandas es consecuencia de una economía paralizada por la violencia, de una intransigencia en el cobro de intereses que llegan hasta el 20 por ciento mensual en moratorios, de un avalúo hecho por el Fondo Plata de los préstamos de manera mañosa con peritos sometidos, de una agresiva actitud judicial del banco HSBC que es la mano siniestra del diestro Escareño, de la compra de facturas a las que se ve obligado el deudor cuando pide el crédito, porque si no las da, no le entregan el dinero.
El Ronco Sescos SA pretende llegar a la Secretaría de Finanzas para quedarse con todo el presupuesto estatal. Al ingresar al recinto del Secretario Particular del Gobernador, se percibe un olor a Dom Perignon o a Mandarín Napoleón. El propio personaje presume que ese hábito lo adquirió de un exgobernador para “rendir” en las faenas largas. Usa un saco de terciopelo o de gamuza que informa fueron adquiridos de la tienda Saks de la Fifth Avenue de Nueva York. Sus zapatos son Ferragamo, italianos. Cada pieza de su vestimenta vale al menos mil dólares, sin contar el reloj de pulso. Su atavío tiene un costo no inferior a los cien mil pesos mexicanos. Este es el gobierno de Miguel Alonso y el de su Secretario Particular que presume además, de manipular al “preciso”.