El Relevo de la Administración Pública Federal
NORMA JULIETA DEL RÍO VENEGAS
No hay fecha que no se llegue ni plazo que no se cumpla, y será el próximo 1 de diciembre cuando los mexicanos presenciemos el relevo del mandatario actual Felipe Calderón Hinojosa, y la llegada del Presidente Electo Enrique Peña Nieto.
Llega una nueva era en la Administración Pública Federal, y con su llegada, se estrena la Ley Orgánica, con sus nuevas reformas, adiciones y derogaciones.
La Administración Pública implica organizar los recursos humanos, materiales, informáticos y financieros para aplicar y poner en práctica las políticas públicas y las decisiones de Estado, logrando por medio de acciones transformadoras, satisfacer las demandas sociales a través de la producción de bienes, servicios, regulaciones y actos administrativos.
En estos relevos se comienzan a preparar con mucha anticipación las reglas y métodos para llevar a cabo la entrega de las administraciones, elaborando sus programas internos comenzando por la conformación de lo que sería la Comisión de Entrega Recepción. El objetivo principal de este proceso es el de encauzar las actividades hacía la transición, para que ésta se lleve a cabo de manera cordial y sobre todo, que los asuntos en curso no se retrasen debido a los cambios en el gobierno.
El pasado mes de junio del presente año, el Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos, publicó en el Diario Oficial de la Federación los Lineamientos para el cumplimiento de obligaciones de transparencia, acceso a información gubernamental y rendición de cuentas, incluida la organización y conservación de archivos, respecto de recursos públicos federales transferidos bajo cualquier esquema al Presidente electo de los Estados Unidos Mexicanos, y a su equipo de colaboradores durante el ejercicio fiscal 2012.
Lo anterior es muy importante, porque la reserva documental de un gobierno, y más cuando se trata de un gobierno a nivel federal es inmensa, los temas tratados durante su gestión es materia prima para la administración que le siga, de ahí pueden desprenderse estrategias y políticas que complementen las que ya existen y funcionan.
Conozcamos y usemos estas herramientas de rendición de cuentas para una mejor orientación y conocimiento del quehacer Gubernamental, que permitirán formular un escrutinio público sobre el estado que guarda este proceso de cambio y relevo en la administración del gobierno federal.
En el ánimo de los servidores públicos federales, tanto en mandos medios, auxiliares administrativos y técnicos, comienza a sentirse intranquilidad respecto a ante los cambios de funcionarios, ya que como es lógico habrá modificaciones a las políticas que se han venido trabajando, por lo que la incertidumbre sobre la conservación del empleo es extensiva.
Ello deriva en efectos negativos al interior de la administración pública, pues según los estudios que he desarrollado en mi doctorado en administración pública, ello ocurre cuando ésta se encuentra ligada a la política. Desde finales del siglo XVIII ya se pensaba en el rompimiento de ambas esferas, pues ya en funciones, la política mezclada con la administración pública pierde la esencia de sus atribuciones y normas.
A lo largo de muchas décadas se ha trabajado en el desprendimiento de la política y la administración, tratando de eficientar las dependencias y entidades que conforman el gobierno, acercándolo a la ideología de la administración privada, de ahí el surgimiento apenas hace cerca de veinte años de la nueva gerencia pública donde existen presupuestos por programas, certificaciones de ISO en procesos y tramites de áreas gubernamentales.
No cabe duda que este proceso es parte del sistema político y administrativo en todo el país, más allá de que se encuentre normado y fundamentado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Leyes, Decretos y toda la normatividad aplicable, es un acto democrático de rendición de cuentas, los plazos terminan, las instituciones siguen y el resultado del trabajo se vincula para bien de la sociedad en su conjunto.
Los cambios gubernamentales son inevitables, sin embargo los proyectos deben ir más allá de los cambios sexenales, precisamente lo que ha mermado los resultados de cientos de políticas públicas ha sido su falta de continuidad, por ello se habla de un balance al término de las administraciones donde sea posible identificar aquello que esté funcionando y continuarlo e incluso, reforzarlo en sus áreas de oportunidad. No se trata de colores partidistas sino de un beneficio social.
Todos los espacios públicos tienen término, son procesos cíclicos que así deben entenderse por los distintos actores que participan, pero eso no implica dejar de participar como ciudadano en el desarrollo y bienestar de nuestro país, desde cualquier espacio, con el ánimo de coadyuvar a construir y nunca a destruir.
Agradezco su aportación al L.C. Óscar Gutiérrez Fonseca para la realización de este artículo.