El poder del Internet ciudadano
JULIETA DEL RÍO VENEGAS
El internet ya no es solo una herramienta para comunicarse o entretenerse: se ha convertido en un puente directo entre la ciudadanía y sus derechos. La más reciente Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2024, publicada por el INEGI, confirma que cada vez más personas en México se conectan, no solo a la red, sino a la vida pública, al ejercicio de sus libertades y a la posibilidad de exigir cuentas claras.
De acuerdo con sus datos, el 83.1 % de la población de seis años o más utilizó internet en 2024, lo que equivale a más de 100 millones de personas. Además, el 73.6 % de los hogares en el país ya cuenta con acceso a este servicio, siendo Ciudad de México y Sonora los estados con mayor conectividad (84.4 %).
Estas cifras no solo evidencian un crecimiento en la infraestructura digital, sino también una transformación en la forma en que se participa social y políticamente. Hoy, el internet es una herramienta clave para informarse, para conocer las acciones del gobierno, para hacer valer los derechos de acceso a la información y protección de datos personales, y para fortalecer la vigilancia ciudadana sobre lo público.
Prueba de ello es la Plataforma Nacional de Transparencia, una herramienta que ha potencializado la realización de solicitudes de información en todo el país, sobre todo pra sectores que por la dificultad de movilidad no lo hacían.
En tiempos en que la transparencia y la rendición de cuentas son exigencias legítimas, el acceso a internet es también un mecanismo de inclusión. Quien está conectado tiene más posibilidades de informarse, participar y exigir. Por ello, garantizar el acceso equitativo a la red no es solo una cuestión tecnológica, sino una prioridad democrática.
El reto ahora es consolidar esta tendencia y cerrar las brechas digitales que aún persisten, especialmente en comunidades rurales e indígenas. Un México conectado es también un México más informado y participativo. Que la red no sea solo una autopista de datos, sino una vía de derechos, una arena de lo público.
Necesitamos que la educación digital se fortalezca y que las próximas generaciones entiendan los riesgos y responsabilidades de navegar por el ciberespacio.
Internet es un espacio de la interacción, debemos aprovecharlo para compartir información que nos ayude como ciudadanía, evitemos la desinformación y las calumnias. Usemos responsablemente nuestra libertad de expresión y busquemos un mejor país.