El papel del gobierno mexicano ante el fin del TLCAN
CAMERINO ELEAZAR MÁRQUEZ MADRID
La posible cancelación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) es un tema de gran interés, principalmente, porque desde hace veinte años los acuerdos comerciales entre México, Canadá y Estados Unidos generaron que los productos agrícolas de nuestro país pudiesen ser exportados con mayor facilidad, sin embargo, la llegada de Donald Trump a la presidencia del país más poderoso del mundo ha desencadenado la probabilidad de que éste llegue a su fin, por lo que es de suma importancia que las autoridades mexicanas den a conocer la forma en que se conducirán ante dicha posibilidad.
En México la agricultura es una de las principales actividades, su papel es fundamental para el desarrollo de la economía nacional, cómo lo he señalado en participaciones anteriores, es una de las principales fuentes de empleo para millones de mexicanos y aporta a que se potencialice el crecimiento productivo.
Recientemente la renegociación TLCAN inició, el panorama anuncia que es real la posibilidad que éste llegue a su fin, pero, es inadmisible que hasta ahora no exista una postura en la que las autoridades mexicanas manifiesten cuáles son las propuestas o planes de acción que tendrán si ello se convierte en realidad, tampoco sabemos cuáles son las alternativas que están considerando para proteger y comercializar los productos agrícolas mexicanos. Pareciera que les importa más la voluntad de Trump.
Es preocupante la irresponsabilidad con la que se ha conducido el gobierno mexicano al respecto, pues, con las políticas públicas implementadas en favor de la producción y comercialización agrícola nacional, no se han logrado consolidar estrategias que le garanticen soberanía alimentaria a la población, al contrario, cada vez aumenta más la importación de alimentos de otros países.
Hasta ahora la actuación de las autoridades federales competentes, deja claro que la seguridad alimentaria no es prioridad, pese a que en México el gobierno tiene todo lo necesario para identificar y saber sobre la importancia de reactivar la inversión en el campo, pero, su incapacidad, irresponsabilidad y la falta de voluntad y sensibilidad para ello, ha provocado la caída de la producción y comercialización de los productos del campo a nivel nacional e internacional.
La actuación del Estado mexicano en la renegociación del TLCAN ratifica su abandono al campo, ya que su interés es únicamente para apoyar a las grandes trasnacionales y empresas locales de índole privado, ignorando en lo absoluto beneficiar las riquezas naturales del país que bien podrían favorecer el desarrollo económico nacional.
El gobierno federal debe considerar estrategias emergentes ante los cambios políticos en el mundo que impactan en México, un ejemplo es lo referido: La posibilidad de que llegue a su fin el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN); ante ello, se tienen que establecer estrategias que favorezcan al campo mexicano, pero, es claro que si no se le invierte a este sector, los productores mexicanos estarán en desventaja ante sus homólogos de Estados Unidos y Canadá.
Los mexicanos debemos intervenir, alzar la voz, en favor del apoyo al campo, evitando que continúen los retrocesos para este sector. México cuenta con lo fundamental para que el sector agrícola prolifere, agua, tierra y energía, lo que se requiere son políticas públicas correctas que le garanticen seguridad a los productores, sobre todo, que se consideren al campo como eje vertebral de desarrollo, un polo para erradicar las crisis por las que atraviesa, el cual puede generar que finalmente la soberanía alimentaria sea una realidad.
Reactivar el campo mexicano es tarea de todos, pero indudablemente la responsabilidad recae en el gobierno, debido a que es un área de suma importancia para el desarrollo económico del país, es la oportunidad con la que se puede combatir y erradicar la pobreza y el hambre. Urge la llegada de funcionarios públicos visionarios, que trabajen en pro del sector, para que éste nuevamente sea funcional, rentable y productivo.
Secretario de Organización del Comité Ejecutivo Nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD)
