El Opus Dei
JAIME ENRÍQUEZ FÉLIX
Lo fundó José María Escrivá de Balaguer el 3 de octubre de 1928. Su idea de la santificación dirigida a toda clase de personas, choca con los preceptos de la Iglesia Católica de la época: “para ser santo hay que llevar una vida consagrada enteramente a Dios”. Según esa idea, sólo los religiosos podrían lograr la santidad.
Ocho años después crea la liga femenina del Opus Dei. A la fecha, según el anuario pontificio, en América existen 29 mil 400 miembros, en Europa 49 mil, en Asia y Oceanía, cuatro mil 800, y en África mil 800.
José María Escrivá supo sortear muy bien la Guerra Civil Española, pero fue durante la dictadura de Francisco Franco cuando su obra se extendió por toda esa nación. La iglesia no la reconoció jurídicamente por la peligrosidad que encerraba, sin embargo, a base de maniobras se logró la ordenación de sacerdotes dentro del Opus Dei. Finalmente alcanzó la jerarquía de “sociedad de vida en común sin votos públicos”.
Escrivá de Balaguer fue canonizado en un proceso inusualmente rápido luego de su muerte. Esa canonización fue severamente cuestionada por la categoría que le otorgó la iglesia de San Pedro. Se sospecha por ejemplo, que la abundancia de recursos públicos de esa sociedad fue utilizada para presionar financieramente a centenares de obispos –sobre todo del Tercer Mundo- para lograr que fuera ascendido a la santidad. Su rápido proceso hacia los altares no estuvo exento de polémica y oposición. Los detractores critican lo que ven como una canonización relámpago o la llamada «turbosantidad» de Escrivá, y afirman que el proceso entero estuvo plagado de irregularidades. Sin embargo, también obtuvo el apoyo de diversas figuras de la jerarquía eclesiástica. Tras su canonización, en numerosos países ha recibido algún reconocimiento público: esculturas, imágenes, placas, murales, iglesias, calles, plazas, etc.
Los teólogos de la época afirman que el Opus Dei se convirtió en una iglesia dentro de otra iglesia. Una especie de “caballo de Troya” que hacía resonar fuertemente su postura contraria al aborto, al uso de anticonceptivos, el divorcio, la investigación de células madre y los derechos de los homosexuales.
Predomina en el mundo un sentimiento de que la institución del Opus Dei no es sino una secta religiosa. Incluso se ha creado en España una asociación denominada “Pro Juventud AIS” que da asesoría a personas afectadas por el proselitismo del Opus Dei. Lo mismo existe en Estados Unidos, en Francia, en Inglaterra y en Irlanda.
Durante la dictadura de Franco, se dio un maridaje entre la represión y el instrumento religioso. Muchos de los miembros del Opus Dei fueron nombrados ministros y ocuparon altos cargos tecnocráticos con una ideología capitalista liberal –ya en los tiempos aquellos-. La relación con la Falange española no es una “leyenda negra” sino una realidad.
En México, se creó el Instituto Panamericano de Humanidades, institución de excelencia que es parte del Opus Dei y hoy está convertida en la Universidad Panamericana. Cursaron allí sus estudios Enrique Peña Nieto y su esposa, quien falleciera en una extraña situación. También proviene de esa escuela el gobernador de Zacatecas.
La frase de José María Escrivá aún pulula por la tierra: “dadme un hijo y jamás dejará de ser mío”.