El gobierno rebasado por sismos, corrupción… y ambiciones
SAÚL MONREAL ÁVILA
Ante la terrible tragedia que se vivió en todo el sur del país el pasado 7 de septiembre, y 12 días después, el 19, en ciudad de México, Edomex, Hidalgo, Puebla y Guerrero a pocas horas del simulacro y remembranzas por el gran sismo del 85, las televisoras y diarios se convirtieron en una gran pasarela donde políticos, “reaccionando” a la emergencia, pero para lucir en fotos, videos y “selfies” dando declaraciones en el lugar y usando de marco y escenario el dolor humano y la destrucción causados por los sismos, todo ello con mucho ruido, cámaras, declaraciones y fotos, pero sin respuestas o soluciones serias del gobierno federal a corto y mediano plazo.
Por lo pronto, y en un balance preliminar según organismos gubernamentales, se requerirán por lo menos 50 mil millones de pesos para reconstruir los daños causados por los sismos en todo el país, no hemos escuchado de donde van a salir, ¿Cuál es el plan del “sorprendido” e incapaz gobierno de la República?, hasta el corte del día 10 de septiembre pasado, se calculaba en 2.3 millones los damnificados por quedarse sin hogar solo en los estados de Chiapas y Oaxaca, y ya está encima allá un serio problema sanitario y logístico, más el que viene en Cd de México, y estados vecinos afectados, ¿Cómo lo van a resolver? Y más aún cuando sabemos que sumando todos los recursos del fondo nacional de desastres (FONDEN) no llegan actualmente más allá de unos 9 mil millones. Hasta el momento, solo el aspirante Meade Kuribreña dijo que van a “reevaluar” el paquete económico, pero advirtiendo que “no todo el apoyo” tendrá “una repercusión presupuestal”. ¿Entonces?
Hasta el momento, no vemos una labor coordinada, aun entre las mismas autoridades, ni en la ciudad de México ni en la tragedia aun mayor, ya prácticamente pasando al olvido gubernamental y mediático del sur del país, especialmente Oaxaca y Chiapas, y en contrapartida a la gran participación ciudadana que se ha volcado, tambien hemos sido testigos de la politización de los apoyos a damnificados, presidentes, primeras damas, con ropa alusiva a sus institutos políticos, la expropiación de donativos para entregarlos etiquetados de colores partidistas o de gobiernos, como ha venido sucediendo en Morelos y estado de México, la incesante presencia mediática de actores políticos, especialmente quienes aspiran a algun cargo y en suma, la politización en pleno sin ningún escrúpulo ni sensibilidad ante una tragedia que ha sumado y unificado a la sociedad civil, y ha sido utilizada para fines personales o de grupo de políticos ambiciosos, las dos caras de la moneda.
Mucho de la destrucción que hemos visto en parte ha sido causada por la simple y vulgar corrupción, especialmente la más notoria en la Cd de México, donde al menos 47 edificios se derrumbaron, 14 en la Delegación Benito Juárez y 13 en la Delegación Cuauhtémoc, seis cayeron en Tlalpan, cinco en Xochimilco y tres en Coyoacán; además de 3 mil 500 dañados, de acuerdo con el registro de Google Maps, y hay un saldo hasta este pasado domingo de 318 fallecidos, registrando la Ciudad de México 180 víctimas fatales. Según arquitectos consultados por medios de comunicación, señalaron que la corrupción en el tedioso proceso de obtener los permisos para construir, la calidad de los materiales seleccionados para ahorrarse costos o los daños no resueltos en sismos previos pudieron haber sido algunas de las causas de los desplomes registrados y que provocaron la muerte de decenas de ciudadanos.
Y atrás de todo, nuevamente un atentado gubernamental del gobierno priista de peña nieto, usando la tragedia como cortina de humo, la puesta en marcha de las nuevas: “Disposiciones de carácter general que establecen el régimen de inversión al que deberán sujetarse las sociedades de inversión especializadas de fondos para el retiro”. Publicadas el doblemente fatídico 19 de septiembre en el Diario Oficial de la Federación, que amplían la incertidumbre que de por sí ya enfrentan los fondos de ahorro para el retiro de miles de trabajadores, al ya permitir que las Afores (administradoras de fondos de ahorro para el retiro) puedan especular con los ahorros de los futuros pensionados en 49 mercados financieros del mundo, a pesar de que en noviembre de 2016 se registró una pérdida contable multimillonaria en las Afores, producto de la especulación: entonces los ahorros de los trabajadores disminuyeron de un día para otro 52 mil 780 millones de pesos, y que seguramente, al fin de este año, tambien se registren perdidas, al continuar las mismas tendencias financieras este año, el cinismo total del régimen.
Si la suma de corrupción generalizada, delincuencia desatada, creciente pobreza, crisis económica, y ahora el desastre natural de los terremotos, agravado por los daños de huracanes que aún siguen golpeando las costas de nuestro país y la incapacidad y falta de visión de nuestros corruptos y enriquecidos gobernantes, si no nos obliga a reconsiderar la necesidad de un cambio de régimen, no tendríamos remedio. Sin embargo, confiamos y apostamos a la conciencia social de nuestra gente, México ha salido y saldrá avante de este momento crítico, con los valores humanos que esta crisis ha puesto en relieve, la solidaridad y la unidad ante el desastre, ese es el verdadero México.
En este desastre vimos lo que nos reafirma la fe en la sociedad, en la gente, el verdadero milagro mexicano: la rápida, solidaria, espontánea y consistente unión de los ciudadanos para rescatarse unos a otros, mucho antes de la respuesta gubernamental, antes de que el incapaz Enrique Peña Nieto regresara del vuelo en el que se encontraba en el momento del sismo, antes de que soldados y marinos fueron activados en el Plan DN-III, antes de que cualquier gobernador accionara estructura alguna de protección civil, los ciudadanos, quienes se convirtieron en protagonistas de este milagro, fueron rescatistas, levantaron escombros, erigieron centros de acopio, prestaron sus servicios profesionales, la hicieron de choferes, de ingenieros, de cocineros, de mecánicos, levantaron centros de materiales a disposición y abrieron sus hogares para alojamiento, al tiempo que crearon espacios de atención médica, a pesar de que el desconcertado ejército y gobiernos en mucha medida solo han dificultado la acción de solidaridad de miles de personas que participan apoyando, donando, haciendo lo que pueden por los afectados de manera desinteresada.
Y en este mismo sentido, no podemos menos que reconocer a todos los paisanos Zacatecanos que estan apoyando o han salido a la zona de desastre para participar en rescates o aportar algo desde nuestra tierra, Bomberos, Socorristas, paramédicos y demas personas que han decidido hacer lo que pueden para bien de nuestros connacionales en desgracia, vaya para todos ellos nuestro reconocimiento y solidaridad.