El discurso del dictador

RAÚL MANDUJANO SERRANO

La batalla contra la pandemia no puede estar en los discursos ni en los mensajes, no, pero ante la incapacidad para frenar el contagio, ante la imposibilidad de proporcionar datos fidedignos y científicamente respaldados, es necesario esperanzar a la sociedad y utilizar la estrategia comunicacional más deplorable pero que, en la historia, ha funcionado en las dictaduras. Que no se confunda, no hablamos en este momento de una dictadura, sino del uso del lenguaje del manual del dictador, publicado en 2005 por Bruce Bueno de Mesquita y Alastair Smith.

Tampoco se trata de “atacar”, sino poner en claro lo que significa el mensaje subjetivo en la comunicación. Inicia el periodista con una frase de William Shakespeare: “¡Y los hombres son algunas veces dueños de su destino! ¡La culpa, querido Bruto, no es de nuestras estrellas, sino de nosotros mismos, ¡que consentimos en ser inferiores!” … Y ahí estamos. Mire, la comunicación juega un papel fundamental en el desarrollo de cualquier interacción humana, en política, en la mayoría de las ocasiones la codificación de los mensajes es principalmente subjetiva, porque lo importante es asegurar el poder y entonces se establecen directrices apegadas al sentido común e introducir obviedades para confundir. ¿Saldremos adelante? Si ¿Morirán algunos? Claro. Pero esta es una respuesta que la naturaleza construye y que la fe respalda, pero que no surge de una aportación política, aunque la haga suya en un mensaje envolvedor.

Intentaré parafrasear a Bruce Bueno de Mesquita, en política, como en la vida, tenemos deseos y nos enfrentamos con obstáculos que nos impiden conseguir lo que queremos. Las normas y leyes de un gobierno, por ejemplo, limitan lo que podemos hacer. Quienes ocupan el poder, son distintos de los demás y pueden concebir normas en beneficio suyo para hacer que les sea más fácil conseguir lo que quieren. Entender lo que la gente desea y cómo lo consigue puede ser de gran importancia para aclarar por qué quienes ocupan el poder hacen con frecuencia cosas malas. De hecho, la mala conducta es la mayoría de las veces buena política.

Podríamos pasar horas debatiendo el tema (si es con objetividad conectémonos, si es con ese chairo-mensaje con base en el discurso del pasado, olvídenlo), pero el mensaje histórico de los dictadores y criminales como como Mussolini –padre del fascismo–, pasando por Hitler en Alemania, y Franco en España, hasta gobiernos golpistas latinoamericanos de Argentina, Chile, Uruguay, Venezuela, Cuba y Bolivia, siguieron un patrón para someter, adoctrinar y perpetuarse en el poder.

Primero, establecer las reglas para ganar la confianza social (el mensaje esperanzador); llegar al poder; mantenerse en el poder; quitar a los ricos y dárselo a los pobres; ganando y gastando; si la corrupción otorga poder, la corrupción otorga el poder absoluto; el pueblo en rebelión; la guerra y la descomposición social; la paz a través de los grupos desestabilizadores y la descalificación del orden mundial. Insisto, cualquier semejanza, es pura coincidencia (hablando de comunicación subjetiva).

Colofón. – COVID 19, las víctimas serán los pobres

Lo reprobable es que las tácticas que en México se están introduciendo a la población, entiéndase lenguaje subliminal, es que a causa del incontrolable COVID, morirán primero los diabéticos no controlados, los hipertensos sin medicar, los mayores de 70 años enfermos, los que sigan en la calle sin protección. A la par, se introduce un segundo elemento, el miedo entre quienes se cuidan por temor a infectarse por culpa de irresponsables. Si, las cosas pueden quedar para alguien como “anillo al dedo” …

Twitter: @raulmanduj