El debate de los 0000007
JAIME ENRÍQUEZ FÉLIX *
El Instituto Estatal Electoral tuvo como estrategia para evitar las presiones del debate a la alcaldía de Zacatecas, anunciar que sería ante los medios de comunicación y que podría ser seguido a través de Internet.
Los medios de comunicación no pudieron ser contratados –al parecer- porque el suministro de flores, arreglos frutales y la ropa para las fotos se incrementa dada la frecuencia de uso. En eso gasta el IEEZ. Recordemos que los modelitos de marca no se pueden usar dos veces, “porque no es nice”.
Así, la determinación fue el uso de Internet de tal manera que el impacto fuera entre las redes sociales, sin las repercusiones del radio y la televisión. A los tres minutos de iniciado el debate, “se le cayó el sistema” a Leticia Soto, como a Manuel Bartlett en 1988.
Nos chutamos todos los comerciales previos al arranque del debate. Esos si se vieron por Internet. Sin ningún problema. Pero al formarse los 0000007 listos para debatir frente al impecable conductor, empezaron pequeñas interferencias hasta que salió humo de las computadoras y quedó perpetrada la magia de la perversión y el dolo. Nada para nadie: todos dentro del closet: partidos políticos, medios de comunicación y los cuates de los consejeros.
En el escenario que se pudo observar, prevalecían los abdómenes abultados y la vestimenta que impuso la clase priísta vieja: azul con corbata roja, caras asustadas como en una confirmación a la que asiste el obispo para que de pronto ¡puf! La imagen se desvaneciera súbitamente.
Debate no hubo, porque para debatir se necesita improvisar, contestar y responder, ampliar conceptos. Cuando se lee lo que se dice –que fue en la mayoría de los casos- hay debate entre los guionistas solamente, pero no entre los candidatos.
El lenguaje corporal fue muy pobre en algunos, en otros los brazos se movían a la velocidad de los molinos de Don Quijote. Con miradas al papel y no al público, Si hablan mal, es peor… y el candidato del partido del Trabajo resultó una verdadera ternura.
Por lo que respecta al hombre que representa al partido oficial, sin un mínimo de carisma, con manoteo entrenado, con propuestas memorizadas y con un pavor profundo de que los contrincantes lo apabullaran. Pero no hubo contrincantes. El Bueno de la coalición Comunista – Fascista, que como Pedro Infante en aquella película se apellida Bueno pero no es bueno, porque en el día del Padre está desconociendo su apellido, mostró un cuidado por no llamarlo mediocridad, para mantener su aparente rating –tal como le aconsejan sus candidatos a regidores, para que siga insistiendo, y puedan ellos cobrar en la siguiente alcaldía, aunque él no llegue. La vida es así de cruel-.
El del Verde Ecologista, verde, muy verde, con sus ojitos de rana –quizá verdes- echado pa’delante, presumiéndole al respetable público que tiene hambre por llegar.
Zacatecas, la joya de la corona, la reina de América por su arquitectura, por su riqueza, merece un estadista para gobernar esta bella ciudad, como lo tiene Barcelona o como lo tuvo el DF con Marcelo Ebrard, o Nueva York con Bloomberg y la misma Bogotá, con aquel extraño ecologista de buenas ideas.
Zacatecas ha sido –y es- de las ligas mayores, y merecemos eso y más, y no tener un jardinero, un mayordomo o un valet del señor gobernador. Los 0000007 no estuvieron a la altura de lo que esperamos los habitantes de esta gran ciudad.