El Corazón de Plata que une a zacatecanos
RAÚL SILVA
La migración de Zacatecas hacía Estados Unidos tiene una historia de más de 100 años. Actualmente, en ese país vive alrededor de un millón y medio de zacatecanos.
Por ejemplo mis padres tienen más de 15 años viviendo aquí. Afortunadamente ellos, al igual que yo, si puede entrar y salir de este país cuantas veces lo deseen. Una vez al año regresar a mi pueblo, Tabasco, en el sur del estado.
La separación de familias es un proceso doloroso, del que felizmente me he librado. Pero hay muchos migrantes que tienen 10, 20 y hasta 30 años sin reunirse con sus seres queridos ya sea por la carencia de un estatus migratorio legal, las dificultades económicas y el trabajo.
En 2012, un grupo de padres de migrantes viajaron en autobús desde Zacatecas hacia territorio estadounidense, y nació el programa Corazón de Plata: Uniendo familias.
Esta iniciativa enarbola la esperanza de los paisanos y se convirtió en el programa más humanitario que existe, y que ahora forma parte de la Secretaría del Zacatecano Migrante (Sezami) del gobierno estatal.
Hay que recalar que este proyecto no fue iniciativa del gobierno como muchos creen; en realidad fue diseñado por Sergio Meza, entonces vicepresidente de la Federación de Clubes Zacatecanos de Illinois.
Este líder migrante comenzó a gestionar el programa en el 2011, el cual busca conseguir una visa de turista, que permita a los padres visitar a sus hijos radicados en Estados Unidos.
El gobierno de Zacatecas en coordinación con el Consulado americano de Monterrey, realizan los trámites necesarios para analizar quiénes son elegibles de recibir las visas.
Las Federaciones de Clubes Migrantes de Zacatecas se encargan de extender una carta invitación a los adultos mayores. Luego, la Sezami organiza el traslado al consulado de Monterrey.
En marzo de 2012, un grupo de adultos mayores se montaron en un autobús y llegaron a la unión americana. Fueron los protagonistas de un reencuentro anhelado con sus descendientes.
Por décadas, la frontera los mantuvo separados. En medio de alegrías, lágrimas y entusiasmo, los padres tuvieron la dicha ve estrechar otra vez a sus hijos, y además conocieron a sus nietos.
La operación de este programa ha favorecido a integrantes de las ocho federaciones de zacatecanos en Estados Unidos. Hay candados dentro del mismo, como tener más de 60 años de vida y pactar el compromiso de retornar a México en 45 días.
Además de ser necesario que los hijos de los interesados en recibir la visa, deben formar parte de algún club migrante de Estados Unidos.
En el marco de la celebración del 43 Aniversario de la Federación de Clubes Zacatecanos del Sur de California, se dieron buenas noticias para los connacionales radicados en el vecino país del norte.
Ahí el gobernador de Zacatecas, Miguel Alonso, dijo que el Programa Corazón de Plata: Uniendo Familias ha beneficiado a mil 500 personas que obtuvieron su visa para pisar suelo estadounidense.
En mayo pasado, se entregaron 72 visas, de ellas 49 correspondieron a padres y madres que viajaron a California, y 23 más a Texas.
Au que Corazón de Plata inició originalmente en Chicago, se ha extendido a varios clubes de inmigrantes de Zacatecas en Estados Unidos, entre ellos la del Sur de California y la de Fort Worth, Texas, que promueven el programa dos veces por año.
Omar Martínez Escobedo, presidente de la Federación de Clubes del Sur de California, ha dicho que estados como Michoacán, Guanajuato y Jalisco, y países como El Salvador, han tratado de copiar este programa sin tener éxito.
Corazón de Plata es una retribución al trabajo de los migrantes, pues de acuerdo al Gobierno de Zacatecas, estos han impulsado mil 500 obras mediante el programa 3 x1, con una inversión de mil 77 millones de pesos.
Tanto trabajo y esfuerzo de la comunidad migrante por fin tiene una pequeña recompensa. El dinero es lo de menos, seguro estoy que nada puede comprar los abrazos y amor que desde hace años muchas familias no se dan.
Corazón de Plata ha suplido las llamadas telefónicas y las cartas, por el contacto físico entre padres e hijos separados por la distancia, las fronteras y el tiempo…