Día negro para Zacatecas por violencia de género
MIGUEL TORRES ROSALES
El 8 de marzo del 2024, cuando se conmemora el Día Internacional de la Mujer, quedará en los anales locales como un “día negro en la historia de Zacatecas”, debido a la brutalidad ejercida por el opresor gobierno de David Monreal Ávila contra zacatecanas que participaron en la marcha del 8M. La movilización es para exigir un alto a la violencia de género y respeto a los derechos humanos.
Y fue precisamente esa petición la que no respetó la administración estatal, que lanzó contra las mujeres, adolescentes y niñas a decenas de policías estatales, municipales y de la Guardia Nacional para violentar a las participantes, a las que lanzaron sustancias químicas con extintores y gases lacrimógenos, golpearon, jalonearon, arrastraron, amenazaron y retuvieron ilegalmente.
La infracción de las zacatecanas fue ejercer su derecho a la libre manifestación. La llamada “nueva gobernanza” ya se los había advertido con antelación, en mensajes de WhatsApps –cuyas fotos circularon en redes sociales- en los que advertían que las trabajadoras de gobierno no deberían participar en la marcha. Así pidieran el día en sus instancias, les estaba “prohibido” asistir.
La brutalidad policiaca – que quedó grabada en videos- se ejerció en el estado donde existe más de un 60 por ciento de subregistro de feminicidios; en donde se ubican dos de los municipios más violentos del país; y en donde las corporaciones de seguridad se esconden cobardes ante la delincuencia y, sin embargo, se envalentona frente a mujeres indefensas, que cargaban a sus hijas e hijos.
Me indigna la actuación de este gobierno estatal de Morena frente a las movilizaciones sociales que exigen el respeto a las garantías y los derechos humanos; las que se realizan en toda la nación.
¿Qué podríamos esperar de las autoridades zacatecanas si su máxima aspiración es imitar en todo a su tlatoani Andrés Manuel López Obrador? Sí, a ese Presidente que siempre ha renegado de las exigencias de los movimientos feministas y afirma que están infiltrados para negarles todo y generar rechazo social contra las organizaciones feministas.
López Obrador en general desdeña a las mexicanas. En el presente sexenio les quitó programas y recursos para mejorar su condición de vida. Un ejemplo es la eliminación de tratamientos y acciones preventivas del cáncer cérvico-uterino, tercera causa de muerte; y eliminó las vacunas contra el papiloma humano que se aplicaba a las niñas de quinto año de primaria.
López Obrador redujo los presupuestos a los refugios para víctimas de las violencias y para los institutos de mujeres; y desapareció las escuelas de tiempo completo y las instancias infantiles. En este sexenio aumentaron los feminicidios, al registrarse casi 5 mil, frente a los 3 mil, de su antecesor. Aumentó la violencia contra las mujeres, los embarazos en menores de edad; y creció la desaparición de mujeres.
El gobierno de la transformación de cuarta (T4) se va con las manos vacías en cuanto a resultados positivos para disminuir la violencia contra las mujeres y empujar su empoderamiento e inclusión. Estos seis años las mexicanas fueron violentadas y víctimas de atrocidades ante la mirada impávida de su gobierno federal.
Lo sucedido en Zacatecas es una muestra de la realidad que se vive en todo el país.
Hoy le digo a López Obrador que “las zacatecanas y los zacatecanos no olvidaremos quienes son los responsables de la agresión del 8 de marzo” y le advierto que las consecuencias serán ejemplares, no sólo en las urnas el 2 de junio, sino que también ante la justicia, porque exigimos la renuncia y el castigo de los responsables de dar la orden para que la fuerza pública actuara contra las manifestantes.
En México y Zacatecas ningún violentador en el servicio público y “ni una menos” y “ni una más”.