Día Internacional Internacional del Adulto Mayor

20131001-024520.jpg

LUIS GERARDO ROMO FONSECA

Hoy, conmemoramos el Día Internacional del Adulto Mayor, cuya efeméride fue creada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 45/106, con el fin de promover los derechos y un trato justo hacia este grupo poblacional. En México, ocho de cada cien habitantes son adultos mayores, es decir, que tienen 60 o más años de edad.

Cabe recordar que durante los años setenta, experimentamos una reducción gradual en la tasa de crecimiento poblacional en México que marcó un viraje en la evolución demográfica: la tasa global de fecundidad, pasará de un 2.20% en 2005 a un 1.87% en el año 2030. Al mismo tiempo, en el mismo periodo, la tasa de mortalidad disminuirá de 16.8 por cada mil a 7.0. Por lo que toca al grupo de 65 años y más, que en el 2010 representaba un porcentaje del 5.9% de la población, éste aumentará al 7.9% para el 2020. Contrariamente, en 20 años el grupo de población de 0 a 14 años ha venido disminuyendo, al pasar del 33.1% en el 2000 al 24.6% en el año 2020.

Este proceso de cambio en la estructura poblacional implica una mayor dependencia demográfica de los adultos mayores con relación al resto de la población en edad de trabajar, de manera que el porcentaje de dependencia ha crecido del 7.1% en 1995 al 9.0% en el 2010. A ello le sumamos que la esperanza de vida aumentará de manera constante hasta llegar a los 78.8 años promedio en el 2030; e incluso, en el caso de las mujeres, se calcula que llegará a los 81 años.

Sin embargo, su situación es bastante precaria y adversa: de entrada, el 80% de los adultos mayores sufre algún tipo de depresión, siendo indispensable que el Estado haga su tarea en procurar a los adultos mayores un mejor entorno y garantice sus derechos, paralelamente a que sus familiares los atendamos, motivemos, trabajemos por mantenerlos activos y, sobre todo, los cuidemos.

La realidad es que nuestro país es un lugar bastante injusto para los adultos mayores; ya que la sociedad que no les retribuye su esfuerzo de toda una vida. Basta ver que de los casi 10 millones de adultos mayores que tenemos, únicamente una cuarta parte (25.6%) se encuentra pensionado, por lo que los adultos mayores se ven obligados a buscar sus propios medios de subsistencia en condiciones muy duras.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), ocho de cada diez mexicanos que han llegado a la vejez presentan algún grado de vulnerabilidad, sobre todo en materia de derechos sociales: rezago educativo, falta de acceso a la salud y a servicios básicos calidad; por una mala alimentación y deficiencias en los espacios de la vivienda que ocupan, pero también, por el muy bajo ingreso que reciben.

Vale la pena mencionar que el 33.8% de los adultos mayores permanece desempeñando alguna actividad económica; obligados a emplearse para obtener mayores recursos pero con el agravante de que el 50% de ellos tienen que cubrir un horario laboral de siete a 10 horas al día. Además, tres de cada cuatro trabajan en la informalidad y la mitad apenas consigue percibir dos salarios mínimos y el resto no obtiene ingreso alguno.

Sumado a ello, los adultos mayores que continúan en actividades productivas se enfrentan a que la mayoría de las instituciones de crédito, prácticamente les niegan el acceso sus servicios a pesar de que puedan demostrar su nivel de solvencia e, incluso, si cuentan con una pensión. Lo anterior, sin duda, es un tipo de discriminación que es contrario a los fines que motivaron la publicación de la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores en México.

Como sociedad, necesitamos desterrar los prejuicios contra la vejez que permanecen, al igual que todas las formas de discriminación existentes; pero en particular, la marginación y la pobreza. Sólo basta ver que el 10% del total de adultos mayores mexicanos padecen pobreza multidimensional extrema, siendo que sus ingresos los destinan íntegramente a la compra de alimentos y, pese a ello, no les alcanza para adquirir lo necesario y llevar una alimentación adecuada; mucho menos para satisfacer necesidades de otra índole.

Como resulta evidente, la conmemoración del Día Internacional del Adulto Mayor, en México encuentra a nuestros viejos en una condición de desigualdad y franca vulnerabilidad. Esta lamentable situación, obliga al Estado mexicano a fortalecer las políticas públicas y mejorar la calidad de vida de uno de los sectores más vulnerables de la sociedad.

Tenemos que ampliar los programas sociales para los adultos mayores a lo largo de todo territorio nacional, al mismo tiempo de abrir espacios públicos adecuados para su recreación; accesibles y seguros. Gobierno y sociedad tenemos que saldar la deuda que tenemos con ellos y cumplir el compromiso ético que representa lograr su plena integración con justicia y dignidad; a nivel social, económico, cultural y afectivo.

0 0 votes
Article Rating
Subscribe
Notify of
guest

1 Comment
Oldest
Newest Most Voted
Inline Feedbacks
View all comments
1
0
Would love your thoughts, please comment.x
()
x