¿Día de la mujer, 50 años?

ANA GABRIELA ÁLVAREZ MÁYNEZ

El 8 de marzo de 1975, la ONU institucionalizó esta fecha como el día de la mujer. Han pasado 50 años de aquel suceso.

Antes de que esta fecha comenzara a conmemorarse, hay una historia en la que muchas mujeres participaron de diversas maneras, desde la parte laboral, cultural, política, social, y los diversos frentes en donde las mujeres nos desenvolvemos, surgían las manifestaciones por los derechos y la igualdad.

Sabemos de marchas, congresos, diálogos, enfrentamientos, e incluso asesinatos en donde muchas mujeres fueron atacadas por alzar la voz, por una lucha que ha manifestado una evidente equidad de género. Se han escrito libros, se han generado espacios de discusión, tertulias, diálogos y todo un esquema que nos ha llevado a un aprendizaje en nuestra vida cotidiana.

Somos conscientes con el paso del tiempo de que las características biológicas de los hombres y mujeres generan elementos que nos van distinguiendo en los roles que vamos desarrollando. Desde nuestra niñez, adolescencia, edad adulta y vejez, se viven enfoques distintos, realidades diversas, pero no podemos dejar de lado una realidad intangible que nos lleva a reconocer una diversidad en la que tenemos que participar del respeto al otro, de conocer y reconocer que cada individuo debe sentirse pleno con su cuerpo, con sus deseos, con sus maneras de amar, de pensar y de manifestarse cotidianamente.

Celebro que generaciones diversas vamos entendiendo, seguimos aprendiendo, luchando por la igualdad y la justicia que nos merecemos. Somos conscientes que la pelea es distinta desde diferentes ámbitos, porque debemos decirlo con todas sus letras, actualmente vivimos un contexto en el que esta lucha nos ha llevado a pelear con la violencia y el dolor que carga una mujer que ha sufrido momentos indeseables e irreparables. También debemos reconocer a las mujeres que luchan desde el ámbito intelectual, educativo y académico, están aquellas que enfrentan la lucha política, de los derechos y la búsqueda de espacios para la injerencia de estas decisiones, y otras más lo hacen desde el ámbito social, cultural y cotidiano.

Tenemos 50 años conmemorando este día, seguimos aprendiendo que es un día de lucha y no de celebración, respetamos el valor que las mujeres han dado a la exaltación de dicho momento, pero somos conscientes que no son sólo 50 años, que han sido siglos a los que nos hemos enfrentado para llegar hasta el punto en el que nos encontramos hoy.

La conciencia de entender la diversidad de las mujeres en cada rincón de nuestro país, desde una comunidad, un municipio, una zona urbana o rural, o cualquier otra parte distinta del país, nos da enfoques distintos, realidades y entornos diversos, a la vez tenemos similitudes, y son aquellas las que nos unen para seguir construyendo una sociedad que nos haga pensar nuevamente en cómo queremos vivir las mujeres.

Entendemos también que muchas de nosotras cumplimos diversos roles, madres, hijas, hermanas, amigas, nos relacionamos con muchas mujeres todos los días y esto nos lleva a pensar en qué mundo queremos para ellas.

Este día quiero dedicar mi texto a las mujeres que han luchado por los derechos vulnerados, invisibles y sacados del mapa real del contexto que vivimos. Nos encontramos en una situación distinta y es momento de que pensemos lo que vamos a seguir construyendo. Como universitaria, dedico mi admiración a maestras que luchan día a día en las aulas impartiendo ciencias, humanidades, derechos, experiencias. A las maestras que hemos trabajado por nuestro estado, por su educación, por la dignidad de lo que somos y de lo que seguimos construyendo.

Por primera vez en la historia de nuestra Universidad Autónoma de Zacatecas, una mujer que nos representa en la Secretaría General del SPAUAZ, y junto a ella, un grupo de mujeres han alzado la voz, han hecho frente a una realidad que por años fue llevando a diversos problemas a nuestra institución. Jenny González Arenas nos ha enseñado a pensar en lo valioso que es contar con un Contrato Colectivo de Trabajo, hizo que muchos jubilados y maestros se acercaran con confianza para luchar verdadera y limpiamente por lo que se fue borrando con el tiempo, derechos. Por ella y por su valioso ejemplo, por el momento que atravesamos, este 8 de marzo las mujeres seguiremos adelante, seguiremos teniendo ejemplos que nos indiquen hacia donde vamos a caminar para construir un mundo mejor.

* Docente de la Unidad Académica Preparatoria de la Universidad Autónoma de Zacatecas