Detener al PRI es un deber patriótico. Alianza PAN y PRD

José Narro CéspedesJOSÉ NARRO CÉSPEDES *

La política, en el mundo ideal, es el lugar donde personas libres e iguales ante la ley son capaces de construir acuerdos, más allá de sus diferencias, con el fin de resolver problemas comunes y así, garantizar la construcción de herramientas que permitan el éxito en la búsqueda de la felicidad común.

Así, las diferencias entre grupos o personas, pueden minimizarse a tal grado, que el interés común pueda agrandarse y con ello, con base en el respeto de las diferencias, crear un frente donde lo diferente coexista en un ambiente solidario.

Hoy, la decisión de PRD y PAN de ir en alianza en al menos 10 de los 14 estados donde habrá comicios en julio próximo obedece tanto a la intención de incrementar sus posibilidades de triunfo como al hecho de que en varias entidades carecen por sí solos de fuerza electoral.

Sin embargo, más allá del triunfo electoral, es necesario detener el avance del PRI, el cual pretende revivir un modelo político y económico que sentó las bases de corrupción y concentración de poder que ha sumido al país en una profunda desigualdad generadora de miseria y marginación.
El PRI ha vuelto, eso es un hecho incontrovertible y es un deber patriótico el detener su avance.

Basado en la compra del voto (que aprovecha el hambre de los mexicanos), el clientelismo electoral y el terror, el PRI de hoy gobierna 21 estados: Aguascalientes, Campeche, Coahuila, Colima, Chiapas, Chihuahua, Durango, Hidalgo, Jalisco, Estado de México, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán, Zacatecas
El PAN gobierna 4 estados: Baja California Norte, Baja California Sur, Guanajuato, Sonora.

El PRD gobierna cuatro estados: Distrito Federal, Guerrero, Morelos, Tabasco.

La coalición PRD / PAN gobierna tres estados: Oaxaca, Sinaloa, Puebla
A poco más de cuatro meses de las elecciones del 7 de julio, el PAN y el PRD tienen amarrada su coalición en Baja California, Oaxaca, Aguascalientes y Sinaloa. También, dicen sus dirigentes, las negociaciones apuntan a que irán de la mano contra el PRI en Quintana Roo, Puebla, Coahuila, Durango, Chihuahua, Tlaxcala y Zacatecas. Mientras que en Veracruz, Tamaulipas e Hidalgo, su alianza ha quedado descartada.

El 7 de julio, los ciudadanos de esas 14 entidades elegirán a diputados locales, presidentes municipales y sólo en Baja California también se votará también por un nuevo gobernador de la entidad.

La negociación para ir juntos a esa cita electoral no ha sido fácil ni hacia afuera ni hacia dentro de esos institutos políticos.

Además, el hecho de que sus dirigencias, encabezadas por Jesús Zambrano Grijalva y Gustavo Madero Muñoz, hayan aceptado firmar con el gobierno de Enrique Peña Nieto el Pacto por México ha provocado una revolución interna tanto en el PRD como en el PAN, que evidencian divisiones y fracturas importantes.
En el partido del sol azteca, las diferencias no dejan de ventilarse día con día.

Zambrano Grijalva, quien asumió recientemente la Presidencia del Consejo Rector del Pacto por México, en sustitución de Madero Muñoz, ha sido llamado de todo por los correligionarios de su partido que se oponen a tener una alianza con el gobierno de Peña Nieto, pues consideran va en contra de todos sus principios.

Algunos grupos de perredistas han alertado incluso que la permanencia de su partido en el Pacto por México se podría convertir en una verdadera “catástrofe para la izquierda”.

Del lado del PAN las aguas tampoco están tranquilas. El grupo cercano al ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa y enemigo de Gustavo Madero no perdió oportunidad para arremeter contra el político de Chihuahua y sus seguidores.
Javier Lozano Alarcón, ex titular de la Secretaría del Trabajo en el sexenio de Calderón Hinojosa, lo criticó por estar “encantado” con el Pacto por México y cuestionó que esa alianza con la Presidencia del priista “nos está saliendo cara a cambio de nada”.

Además, las negociaciones para ir en coalición en julio próximo también han abierto heridas en ambos partidos, pues los grupos locales no han quedado completamente satisfechos con la elección de los candidatos que se presentarán en las boletas electorales. Ambos partidos han cedido posiciones importantes en cada entidad en la que combatirán juntos contra el PRI y el saldo de esas alianzas no se conocerá sino hasta el próximo 7 de julio.

Si bien en las pasadas elecciones federales el PRD logró una votación histórica, el partido no ha sido capaz de canalizar esa preferencia ciudadana y sigue inmerso en batallas intestinas.

Por su parte, Acción Nacional, luego de 12 años de encabezar el gobierno federal, fue enviado por la ciudadanía hasta el tercer lugar de las preferencias y, como consecuencia, sufrió una desbandada: en enero pasado, un millón y medio de panistas, 80% del padrón, no refrendó su militancia, con lo que oficialmente ese partido tiene poco más de 300 mil militantes activos.

Si bien ir juntos a las elecciones es una estrategia de el PAN y el PRD para impedir que la aplanadora priista se quede con todo, la crisis en ambos partidos puede agudizarse si no trabajamos cohesionados desde adentro y desde ya.

Más fracturas pueden abrirse en los próximos cuatro meses y evitarlas debe ser la prioridad, las únicas opciones que pueden en estos momentos inclinar un poco la balanza de la democracia en México.

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