Despiden al maestro Alberto Bonilla Salazar, decano de Veterinaria
Zacatecas, Zac.- “Hoy es un día triste y difícil para los universitarios, especialmente para la comunidad de la Unidad Académica de Medicina Veterinaria y Zootecnia, ya que despide a uno de sus más queridos profesores, el MVZ Alberto Bonilla Salazar”. Estas fueron las palabras del rector Francisco Javier Domínguez Garay en el homenaje póstumo y de cuerpo presente, acto celebrado en el vestíbulo del Teatro Fernando Calderón, ante familiares, colegas y amigos del maestro decano de Veterinaria.
“¡Qué sencilla es la muerte: qué sencilla, pero que injustamente arrebatada! No sabe andar despacio, y acuchilla cuando menos se espera su turbia cuchillada”, palabras del poeta Miguel Hernández, citadas por el rector Domínguez Garay, para después contar los inicios de la relación por casi 50 años del maestro Bonilla Salazar con la Unidad Académica de Veterinaria de la UAZ.
La relación data de 1963, cuando comenzó a estudiar su carrera universitaria que culminó en 1969, para integrarse en 1970 a la planta docente, en donde se desempeñó durante 42 años, hasta el pasado viernes 11 de mayo, destacando por sus grandes aportaciones académicas y de vinculación para la Unidad, relató el Rector.
Recordó que el pasado 5 de marzo, en el marco del reciente festejo por el 50 aniversario de la fundación de la Unidad Académica, se reconoció el incansable esfuerzo del doctor Bonilla, donde se inmortalizó su recuerdo al decidirse que el Jardín Botánico de ese centro académico llevara su nombre.
A su esposa, Leticia Calderón y a sus cuatro hijos –Francisco Alberto, Alejandra Estefanía, Manuel Antonio y Jorge Eugenio–, todos presentes en el evento luctuoso, Domínguez Garay les dijo: “Deben estar orgullosos, su padre y esposo fue un muy buen profesor, caracterizado por su perseverancia y cumplimiento, y un ciudadano que supo formar una familia en base a valores”.
El director de la Unidad Académica de Veterinaria, José Manuel Silva Ramos, también hizo alusión a los recientes homenajes en honor del Bonilla Salazar, realizados en los festejos del 50 aniversario de la escuela, para enseguida contar que desde sus inicios como estudiante, hasta su muerte, sólo se ausentó tres años: dos para preparar su tesis de licenciatura y para ingresar como docente, y otro para cubrir los créditos de la Maestría en Reproducción Animal en la UNAM.
Contó Silva Ramos que, incluso en esa relativa ausencia por tres años, nunca perdió sus vínculos con la producción animal, “incluso bajo las condiciones más desfavorables, las que prevalecen en el semidesierto zacatecano”.
Al respecto, el director de Veterinaria dijo que el maestro Bonilla Salazar, que inició sus estudios de Medicina Veterinaria y Zootecnia hace 49 años, aún asistió el viernes pasado a sus tareas docentes y el sábado murió en su rancho, trabajando en la producción de ganado caprino.
Como orador en el homenaje póstumo, también participó su amigo, alumno y colega Pedro Martínez Arteaga, quien dijo que el maestro Bonilla Salazar era un gran hombre, un gran maestro y un gran ser humano que provenía de la cultura del esfuerzo. Asimismo destacó otras virtudes como su solidaridad, su valentía y ser “de los seres humanos que dejan huellas”.
Al final, y luego de la última guardia de honor a cargo de los ex rectores de la UAZ, Virgilio Rivera Delgadillo y Francisco Flores Sandoval, así como del director de Veterinaria y del rector de la UAZ, el joven Jorge Eugenio Bonilla Calderón agradeció las muestras de apreció, contando de la gratitud que su padre expresaba para la Unidad Académica de Veterinaria, porque –decía– “me convirtió de un simple muchacho a un maestro”.
Al término de la ceremonia, los restos mortales del maestro decano fueron trasladados al crematorio, para que quizá este 15 de mayo, Día del Maestro y día que Bonilla Salazar cumpliría 68 años de edad, se lleven sus cenizas al lugar donde perdió la vida y al que le dedicó la mayor parte de su tiempo libre: su rancho en San Miguel de Charcas, San Luis Potosí.
