Democracia del siglo XXI
LUCÍA LAGUNES HUERTA
La reciente discusión sobre la paridad en gubernaturas a partir de los lineamientos que el INE aprobó para ello, deja al descubierto las resistencias de los hombres pre modernos que se niegan a dejar de acaparar el poder y darle paso a la justicia y la modernidad.
Es otro términos, esta discusión que ha llegado al Tribunal Electoral, a través de la impugnación de senadores, políticos y el Partido Acción Nacional, coloca en la discusión pública dos posiciones: aquella que reconoce la paridad como un avance democrático y un paso a la modernidad y la otra, que busca impedir el avance democrático y seguir conservando los privilegios históricos que han mantenido los hombres.
Hay que recordar que este Senado, el que está hoy impugnando la paridad en gubernaturas, aprobó el año pasado las reformas a los artículos 35 y 41 de la Constitución mexicana. En el caso del primero (art.35) para garantizar que la ciudadanía pueda participar para ser electa en condiciones de paridad en todos los cargos de elección popular.
En tanto que el artículo 41, que se refiere a los partidos políticos, lo reformaron para mandatar que éstos garanticen la postulación de candidaturas a TODOS los puestos de elección popular en paridad. A ESTE AVANCE SE LE CONOCIÓ COMO PARIDAD EN TODO.
Impugnar lo que ellos mismos reformaron, no es más que resistencias machistas.
En 2021 se elegirán 15 gubernaturas. En un sentido estricto de paridad, podría implicar que en su totalidad, las candidaturas sólo fueran exclusivamente para mujeres.
Sin embargo, lo que el INE aprobó es que de las 15, en siete haya candidaturas femeninas.
Lo que olvidan los señores que impugnaron, es que los tiempos no son los mismos que hace un siglo, ni siquiera de hace 10 años, es más, ni del año pasado.
A ellos se les olvidó que votaron por unanimidad “Paridad en Todo”, el 14 de mayo de 2019.
A ellos se les olvida pero a nosotras no. Las mujeres estamos más conscientes de nuestros derechos y hemos construido el marco legal que permite garantizarlos y robustecer la democracia, que como principio tiene la igualdad.
Además se han construido lazos solidarios con otros hombres, que, como nosotras, buscan en esta modernidad la democracia paritaria.
El debate legal está en el Tribunal Electoral, quien ha recibido el día de ayer un Amicus Curiae signado por 600 organizaciones sociales, y en el cual se argumenta la validez de la decisión del INE que establece los lineamientos para la paridad en las gubernaturas, basada en las modificaciones constitucionales y la sentencia misma del Tribunal electoral que mandata al INE a establecer dichos lineamientos.
El TEPJF señaló que “el Consejo General debe decidir en torno al requerimiento de criterios generales para garantizar el principio de paridad de género en la postulación de las candidaturas a las gubernaturas, en los procesos electorales locales 2020-2021”.
La discusión de fondo es qué democracia construimos en el siglo XXI. Si nos quedamos con la desigualdad y exclusión de la mitad de la población del siglo XVIII, o la de este siglo que abre la puerta a la igualdad para garantizar el derecho de las mujeres a participar en condiciones equivalentes a sus pares en todos los espacios de decisión y en todos los espacios de elección popular.
Construir la democracia en la modernidad implica dejar atrás la vergonzosa cifra que muestra que mientras 344 hombres han sido gobernadores en nuestra historia solo 9 mujeres han tenido la misma oportunidad y en 25 entidades federativas jamás se ha tenido una candidata mujer para gobernar.
Lo que se busca es lograr que la discriminación sea historia y la igualdad sea presente.
Los argumentos están en la mesa y la justicia electoral entra a la cancha del juego. La ley y la razón están claros, “Paridad en Todo” es una realidad que no tiene retroceso sino que tiene un plazo para ser cumplida y es 2021.