Defendamos la educación pública, defendamos a la UAZ
ULISES MEJÍA HARO
La educación superior en México como el mundo entero crea oportunidades de desarrollo personal, movilidad social y contribuye al desarrollo del país en los ámbitos económico, social, político y cultural.
Sin embargo, en nuestro país existen fuertes rezagos en su cobertura, equidad y calidad en la educación. La cobertura es de apenas el 33%, es decir del total de jóvenes en edad universitaria solo tres de cada diez acceden a una institución de educación superior (IES) por razones económicas, de distancia y de falta de espacios en las IES.
Lo anterior nos coloca en desventaja en el contexto internacional, ya que el promedio de cobertura en educación superior en América Latina es de 38% y del 62% entre los países agremiados a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), de la cual México es miembro.
La baja cobertura histórica de la educación superior explica que en el 2015 sólo el 16% de los adultos en México había alcanzado estudios de educación superior, siendo el porcentaje más bajo que el promedio de 36% entre los países de la OCDE.
Entonces es primordial incrementar de manera significativa y progresiva, y con equidad entre regiones del país y entre los diferentes estratos de ingresos de las familias, la oferta educativa pertinente de licenciatura y posgrado, la cobertura y calidad de la educación superior, ya que en México, como en la mayoría de los países del mundo, la tasa de empleo, los ingresos, la productividad y el crecimiento del país tienden a aumentar con el nivel de estudios y la calidad de los egresados de las IES.
No obstante que se reconoce el bien público de la educación superior y su papel estratégico en el desarrollo económico, social, político y cultural, el Estado asigna recursos insuficientes e inerciales cada año, lo que limita los avances en cobertura, equidad, calidad y pertinencia de las IES públicas. El gasto en educación superior es de solo el 0.65% del PIB nacional, y el gasto federal en ciencia y tecnología es de 0.35% del PIB, cuando el promedio de los países miembros de la OCDE, en ambos conceptos es del 1% de su PIB.
La Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) es un ejemplo claro de la indolencia de los gobiernos federal y estatal en la asignación de recursos para llevar a cabo la docencia, investigación y difusión de la cultura en el estado.
La UAZ es la principal formadora de profesionistas del estado, quien de acuerdo al Anuario Estadístico 2016-2017 de la ANUIES, atiende a 23,594 jóvenes en los diferentes programas de licenciatura que representan el 50% de la matrícula estudiantil en el estado, incluyendo las escuelas Normales Superiores, las escuelas Técnicas, los Tecnológicos y otras IES públicas y privadas.
La UAZ atiende 1700 estudiantes de distintas especialidades, maestrías y doctorados, que representa el 46% de la matrícula estatal en posgrado. También atiende a 12,000 estudiantes de bachillerato, que, sumados a la matrícula de educación superior, asciende a una matrícula estudiantil de 37, 000 estudiantes, la cual duplica la matrícula registrada hace 20 años.
La UAZ presenta buenos indicadores de calidad, datos del Consejo Universitario revelan que el 94% de su planta docente cuenta con posgrado, el 96% de sus carreras son de calidad; 21 posgrados están en el Padrón Nacional de Posgrados de Calidad. Estos y otros indicadores posicionan a la UAZ en el lugar 16 de 30 Universidades Públicas.
La UAZ es la segunda más barata del país, su oferta educativa se ha triplicado a la que se tenía hace 20 años, además se ha descentralizado a diferentes regiones y municipios del estado.
No obstante a todo lo anterior, la UAZ no ha visto incrementado en términos reales el presupuesto ordinario destinado por los gobiernos federal y estatal, los subsidios recibidos son de carácter inercial; ni tampoco se han reconocido presupuestalmente las nuevas plazas académicas contratadas, producto de su crecimiento por parte de la SHCP y SEP, lo que provoca que se afecten partidas presupuestarias como la de seguridad social, pago de impuestos y prestaciones de los maestros, al grado que hoy en día la institución está al borde del colapso y reclama de su saneamiento financiero.
Hoy la UAZ requiere que todos los universitarios y el pueblo de Zacatecas defendamos la formación universitaria de la gran mayoría de los jóvenes zacatecanos, exigiendo un presupuesto federal y estatal suficiente que garantice la gratuidad de la educación y que los recursos se manejen con eficiencia y transparencia.
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