Debe renunciar

SOLEDAD JARQUÍN EDGAR

Esta semana y en solo 24 horas, entre el martes 21 y 22 de noviembre, es decir, a horas de la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, en Oaxaca sucedieron cinco asesinatos de mujeres, resultado de una violencia estructural intocada por las instituciones y por la gran mayoría de la miércoles sociedad que sigue permeada por las viejas estructuras a pesar de los avances en otras muchas materias humanas.

En paralelo, debemos mirar, lo que dice Amelia Varcárcel en el sentido de que el feminismo nunca pierde sus batallas, que a veces se dilata, pero lo consigue. Cierto, el feminismo ha obtenido pasar de cero al reconocimiento de los derechos humanos de las mujeres, un tramo que en tiempo representa más de trescientas vueltas de la Tierra al Sol y en distancia unos 27 mil 900 millones de kilómetros…

Es decir, estas dos vías apenas se juntan pese a la institucionalización del género, pero quienes siguen omisos, con ginopía, inalterados pese a las circunstancias es una inmensa mayoría de la población, hombres y mujeres que han normalizado la violencia y que están convencidos de la superioridad del varón sobre la mujer.

Un ejemplo claro es el caso del titular de la Secretaría de Seguridad Pública de Oaxaca, José Raymundo Tuñón Jauregui (@SSPO_Tunon), por cierto el principal responsable de la seguridad de la población oaxaqueña, quien ante una severa crisis para el gobierno que encabeza Alejandro Murat Hinojosa, frente a cinco asesinatos de mujeres en solo 24 horas, reacciona de forma equivocada al enviar condolencias a la familia de un feminicida que se suicidó, por el solo hecho de que éste era policía. Otros funcionarios y funcionarias ni siquiera asoman la cabeza para indignarse frente esta violencia.

Tuñón es un funcionario que ejemplifica bien a bien cómo el patriarcado está en su sangre y en su cerebro, incluso en su formación militar (y asumo las consecuencias pues a las pruebas me remito). La normalización de la violencia le hace emitir, aunque diga que fue otra persona, un mensaje de condolencias para un feminicida e ignorar que en el transcurso de esas horas habían sido asesinadas cinco mujeres y peor aún, es que desde que está ocupando el cargo de Secretario de Seguridad Pública suman 112 las mujeres asesinadas, un gran porcentaje de ellas, por sus amantísimos maridos, parejas o ex parejas.

Y es ahí donde todo cuenta. Dónde tener esta sensibilidad hacia la igualdad de género, a rechazar la violencia contra las mujeres y niñas, no solo en el verbo sino con acciones y hechos concretos; todo cuenta dentro de una administración pública, incluso y creo que más aún para quienes procuran seguridad y justicia, porque de lo contrario tendremos los resultados que hoy tenemos, lastimosamente no solo para las familias de las 112 mujeres asesinadas, según el conteo de Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad Oaxaca y de acuerdo también con las estadísticas oficiales.

Sí, es cierto, la violencia es estructural, pero si seguimos ignorando que esa estructura está conformada por personas, poco o nada se puede hacer. Quienes más obligación tendrían de emprender acciones para el cambio sustancial son, ni duda, quienes nos gobiernan y el funcionariado. De lo contrario, las nuestras serán tierras áridas donde ninguna semilla podrá germinar.

Por eso insisto, Raymundo Tuñón, no tiene la suficiente capacidad, indispensable y deseable, de acuerdo con las políticas públicas para entender que no es por amor sino por fuerza atender la violencia y no aplaudirla.

Por ello, debería renunciar, así de simple y de sencillo.

Twitter: @jarquinedgar

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