De la #RevoluciónDigital a la #ReformaEnergética
OMAR ALEJANDRO REYES HERNÁNDEZ *
La revolución digital iniciada por Internet hace más de una década, ha ido permeando lenta pero completamente, todos los escenarios del ámbito público y privado, no solamente de las personas, sino que sociedad y gobierno se han visto también en medio de esta transformación.
Quienes han estado involucrados en la ola renovadora de la Web 2.0 y, más que nada, de las redes sociales; han sido testigos de cómo han sido expuestos a la opinión pública infinidad de asuntos otrora fuera del alcance, o sólo vistos a través del crisol de los grandes medios de comunicación; y de cómo en algunos de ellos ha sido la misma opinión pública el factor fundamental y agente de cambio en una importante cantidad de acontecimientos.
México y, especialmente Zacatecas ya se han visto alcanzados también por esta ola. Y aunque estemos muy lejos aún de la cresta de la misma, pues en otras partes del mundo la influencia de las redes sociales ha permitido incluso que gobiernos fueran derrocados (como en la llamada «Primavera Árabe»), aquí apenas nos mojamos los dedos de los pies en este torrente de libre expresión y transparencia.
Teniendo su origen en la escalada de violencia que aqueja a todo el país y para denunciar actos delictivos, la sociedad ha construido un tramado informativo a través de las redes sociales que ha alcanzado ya prácticamente todos los ámbitos de la vida de nuestro país. Ahora se comparte en tiempo real información no sólo sobre inseguridad sino que también abusos de autoridad, mala gestión, despilfarro y corrupción ha quedado también al escrutinio. Donde antes no había un canal de directa retroalimentación entre sociedad y gobierno, ahora ha tomado totalmente desprevenidos a los funcionarios y sus administraciones, quienes acostumbrados a la antigua escuela y actuando en la opacidad, se han visto totalmente mal parados cuando se presentan actos de este tipo.
Si bien no es nuevo, sin duda tuvo su punto álgido durante la elección presidencial de 2012, donde todos los candidatos que antes sólo lidiaban con los medios de comunicación, ahora sufrían los duros embates de las redes sociales, pudiendo conocer de primera mano la opinión de sus potenciales electores, obligándolos a algunos a modificar incluso la logística de sus campañas para hacer situaciones muy penosas un poco más llevaderas.
Ahora durante la administración de Enrique Peña Nieto, gobiernos de los tres niveles han estado conviviendo con una sociedad vigilante de todas sus acciones, que ya no duda en expresar su sentir y en manifestar su forma de pensar. Gracias a servicios como Twitter, hoy los ciudadanos pueden estar al «tú por tú» con funcionarios y gobernantes sin ningún intermediario. Los medios de comunicación convencionales se han visto eclipsados en su tradicional función de portavoces.
Predecible, la estructura misma del gobierno no se ha visto revitalizada por esta nueva era de libre información. Lejos de eso, acciones que antaño hubieran contado con la apatía de la sociedad como su cómplice, hoy han dejado expuesto su anquilosado engranaje. Inclusive intentos en Veracruz y Nuevo León se han hecho por censurar estas vías digitales de información, empero, hoy el descontento y el hartazgo popular es el pan de cada día a través de la fibra óptica y las conexiones inhalámbricas.
Hoy que la Reforma Energética se encuentra en vilo habiéndola presentado el Ejecutivo de la nación, ¿cuántos nuevos factores a considerar se le habrán escapado al Gobierno en vías de mediar y negociar la misma? Sin duda la aprobación o el rechazo de la gente que se pueda percibir en este nuevo actor que son las redes sociales será un factor de gran importancia, y cómo lo capitalicen los actores políticos involucrados en su beneficio. Si el sexenio de Calderón es recordado por las carreteras y la delincuencia; por el éxito o el fracaso de esta reforma podría ser por el que se recuerde el de Enrique Peña Nieto.
Sin embargo, ya comenzó con el pie izquierdo. ¿Cómo pudo el Gobierno Federal pensar que la exhoneración de Raúl Salinas y la liberación de Rafael Caro Quintero (sin mencionar otros) pasarían desapercibidos a la sociedad? ¿Cómo deslindar al Presidente de la República de la corrupta imagen del hermano de Carlos Salinas? ¿Cómo asimilar la liberación del capo de capos cuando al mismo tiempo en Malasia se condena a muerte a tres mexicanos por tráfico menor? Ojalá que cuando menos aun esté dispuesto a pagar la deuda externa del país.
¿Cuál será la estrategia que se estará planteando Enrique Peña Nieto y todo su equipo para defender la Reforma Energética en las calles de los posibles embates del rechazo de la opinión pública? Quizás la respuesta se encuentre en las faltas de ortografía de los libros de texto que recibirán los niños este nuevo ciclo escolar y que los marcarán con tinta indeleble, ya que tal vez no sea lo más grave que estos niños mañana «ezkrivan ahzi», sino que el gobierno que debía velar por ellos hoy les da el mensaje de que su educación, la respuesta a la mayoría de los problemas que hoy nos aquejan, ha pasado a último término. Hay que tener presente que un pueblo en la ignorancia queda en la total indefensión ante cualquier abuso.
Twitter: @_OmarReyes