De fiscal a ilusionista
SOLEDAD JARQUÍN EDGAR
En Oaxaca, como seguramente en otras entidades del país, hay un afán desmedido de las autoridades por ocultar la gravedad de un problema cotidiano y ya inocultable gracias, primero, a las muchas mujeres –activistas, feministas o familias- que desde sus redes sociales y, también claro, por los medios informativos, denuncian los muchos casos de violencia feminicida y de feminicidio. La intención de los “ilusionistas” es casi como tapar el Sol con un dedo, porque la burbuja en la que viven les hacen creer otra cosa, por convicción machista de decir que no pasa lo que pasa, porque la ética profesional tiene un precio o un buen salario o porque esa es la consigna para no hacer quedar mal a quien ya quedó mal.
En Oaxaca, el fiscal general Rubén Vasconcelos Méndez es como me ha dicho una amiga, un ilusionista. Y es que durante su pasada comparecencia del martes 5 de febrero dijo que en esta entidad el feminicidio había disminuido. Sus datos son: en 2017 hubo 51 feminicidios y en 2018, 29; así en 2017, Oaxaca ocupaba el cuarto lugar de feminicidios registrados a nivel nacional, y al disminuir a 29, en 2018, se ocupó el décimo lugar. Solo el funcionario se creyó los datos que le pasaron, del otro lado nadie, ni siquiera su oficial mayor Severino Rojas Lázaro que le gritaba vivas y le brindaba toda clase de aplausos a su jefe, en una actitud por demás grotesca y arrastrada.
La ilusión de que son menos se basa en la clasificación de los asesinatos violentos de mujeres donde la Fiscalía General determina –dice que en base al Artículo 411 del Código Penal, qué sí y que no es feminicidio. Así que, en su postura triunfal, el fiscal Vasconcelos Méndez plantea que vamos para adelante. Por supuesto que eso arrancó los aplausos de los y las empleadas de confianza, que ocupan puestos fundamentales en dicha instancia de “procuración de justicia”, que como se ha dicho en las crónicas respectivas fueron llevados, por no decir, acarreados a aplaudir a su jefe.
(Entre paréntesis debo decir, que sin duda la Secretaría de la Contraloría y Transparencia Gubernamental del Estado de Oaxaca, deberá tomar nota e investigar quién y bajo qué argumento más de un centenar de funcionarios de primer nivel, directores y jefaturas, dejaron al garete a la sociedad oaxaqueña para ir a la comparecencia, entre las 09:00 y más allá de las 15.00 horas laborables, para ser testigos de lo que sin duda fue un acto triunfalista de Vasconcelos Méndez).
El punto es qué sucede con el resto de los “homicidios calificados” o “dolosos” de los cuales el fiscal no dio cuenta ni se inmutó en responder cuando al menos cinco diputados preguntaron. Y es que las cifras (del Fiscal Vasconcelos) lo delatan por sí solos.
En 2017, la instancia reporta haber registrado 129 muertes violentas de mujeres (así dicen MVM), de esos 51 son considerados o “investigados” como feminicidios, 39 por ciento. El año pasado registró 127 muertes violentas de mujeres de los cuales 29 son “investigados” como feminicidios, 22.8 por ciento del total de muertes violentas de mujeres.
Esto es, durante el primer año dejó fuera de esa consideración un total de 78 y durante el segundo año 98 muertes violentas de mujeres (siguiendo su descripción). En 2017, de los 129 asesinatos de mujeres, además, tiene responsables en 19 casos (14.7 %), es decir, 59 no existen responsables. En 2018, de 127 asesinatos de mujeres, hay responsables en 25 casos (19.6 %), lo que significa que en 73 no existe un o unos perpetradores.
De estos 256 asesinatos cometidos en estos dos años, casi el mismo tiempo que Vasconcelos Méndez lleva al frente de la Fiscalía, solo 44 casos tienen responsables, no sabemos si detenidos o no.
El Ilusionista en turno ha resultado muy astuto, mucho más que eficiente, claro. Porque lo real es que a ninguna autoridad le parece que se hable de feminicidio, considerando que, dadas las circunstancias de no garantizar la vida libre de violencia a las mujeres, como dice la ley, se convierten en crímenes de Estado, nadie quiere aceptar que el feminicidio va al alza.
Aunque en el caso de la Fiscalía, los números “a la baja” del Ilusionista, ocultan que la impunidad es mayúscula, como lo revelan los números del Fiscal Vasconcelos Méndez.
Lo que me parece una lástima es que las y los diputados de la 64 Legislatura que lo llamaron a comparecer no se percataran. Será por aquello de que andamos muy mal en lectura de comprensión o qué. Tampoco fueran reiterativos en sus preguntas no contestadas olímpicamente por el Fiscal. Eso me preocupa y eso ha dado pie a que la ciudadanía vea estos “eventos” como meras simulaciones legislativas.
Y en ese sentido hay quienes se pregunta y qué pasó con la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres en los 40 municipios de Oaxaca. Lo cierto es que nadie tiene una respuesta concreta. Incluso, apenas la semana pasada, se instaló en el Congreso una Comisión Especial para dar Seguimiento a la AVGM y casi al mismo tiempo, esa misma tarde del 5 de febrero, en el Senado se analizaba cómo dicha herramienta que busca corregir el camino institucional en materia de atención, prevención, sancionar la violencia contra las mujeres, no ha servido para nada en algunos estados del país. Lo que resulta grave es el transcurrir del tiempo y la cifra de asesinatos contra mujeres creciendo como el número de días en que las autoridades federales, estatales y de los 40 municipios (nada que ver con Alí Babá y los 40 ladrones) no han hecho nada, excepto actos protocolarios y mediáticos.