De encuestas y resignados

GERARDO DE ÁVILA

Sólo para calentar el ambiente político en Zacatecas, las encuestas serias y pagadas hacen su trabajo: confundir al adversario de enfrente. En tanto, la sucesión para elegir al nuevo gobernador sigue su curso en aparente tranquilidad.Inicia la cuente regresiva.

Las últimas mediciones arrojan: Alejandro Tello, Adolfo Bonilla y Carlos Peña son los tres priistas mejor calificados. El Senador trae el 34 por cierto, el Secretario de Economía, alrededor del 32 por cierto y el alcalde como el 22 por cierto.

Eso dicen las encuestas.

Si esto es así y los números no mienten, quiere decir, que la lucha por la candidatura a gobernador se centra ya sólo entre tres “distinguidos militantes”. Si no se adelantan aún más los tiempos, en enero o febrero el PRI designará a su candidato.

La sucesión está en curso.

En medio de esta discusión, se observa un nerviosismo natural en el partido gobernante. El PRI sabe y entiende que cualquier error en la elección del candidato podría llevarlo a una derrota electoral como ocurrió en 1998 con el “Monrealazo”.

Cuidado. Mucho Cuidado.

Si la elección pare elegir al candidato del PRI fuera hoy, acusan los enterados, el abanderado del tricolor sería Alejandro Tello. Lo único seguro es que no hay nada para nadie, y en todo caso, será el Comité Ejecutivo Nacional quien lo designe.

Los priistas de aquí no…

En resumen, lo que deben hacer los tres aspirantes más fuertes (Alejandro, Adolfo y Carlos) es ser prudentes, realizar bien su trabajo actual, esperar las reglas del juego y conocer con certeza a quién respaldará su jefe político.

La convocatoria hasta enero.

La resignación

Hasta aquí, me queda claro: la designación del candidato a gobernador en el PRI se dará en el Comité Ejecutivo Nacional y no entre la militancia viva y activa del priismo zacatecano. Dicho con propiedad en el centro del país se definirá todo.

No quieren sorpresas…

En este sentido, las posibilidades de que el candidato surja de los nombres de: Pedro de León, Arturo Nahle o Víctor Roberto Infante González se han reducido enormemente. Al menos, no por el Partido Revolucionario Institucional.

Hay que decirlo.

Aunque ellos no lo acepten, la resignación es notoria en al menos dos de los políticos antes mencionados, en todo caso, es el “cuñado incómodo” quien siguen haciendo ruido y llamando a la unidad de manera desesperada.

Respetable estrategia. 

El más optimista de los escenarios para Pedro, Arturo y Víctor Roberto es que aflore la prudencia e institucionalidad, no sólo porque eso marcan los estatutos de su partido, sino porque, en un escenario de victoria en 2016 les permite negociar espacios.

En política se vale.

Ahora bien, los resignados están en su legítimo derecho de dar la lucha en su propósito de querer ser el candidato del PRI, de acudir a cuanto padrino político quieran, aunque la realidad es que el tiempo y sus posibilidades se agotan.

¿Usted qué opina?

Mientras llegan los tiempos de la definición en el priismo, no pierda usted de vista que los escenarios políticos se mueven todos los días. La aparición de un “caballo negro” tampoco la descarte, aunque por ahora la lucha es entre tres.

¿O ha caso dos?

Del archivo personal:

No puedo callarlo. Conversando hace unos días con dos políticos serios, -que ya es mucho decir-, por separado, uno del PRI y el otro del PVEM, me decían con toda seriedad que el bueno iba a ser Tomás Torres. Que había ya un acuerdo.

Es tan sólo una opinión.

(*) Periodista

Maestro en ciencia política.

[email protected]

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