Dantesco: los video-crímenes en vivo
RAÚL MANDUJANO SERRANO
El hacedor de las blasfemias editoriales recuerda que allá por abril del 2017, Mark Zuckerberg –el creador de Facebook-, pidió perdón luego de que tardó más de dos horas para censurar la cuenta de un tipo de Cleveland, de nombre Steve Stevens, que subió a su perfil el asesinato a tiros de un jubilado seleccionado al azar. Dijo que la red social tendría que afrontar nuevos retos, y es que esa publicación dio origen a una era donde la tecnología sería usada para la publicación en vivo de crímenes.
Mire usted, hace unos días, en Cuautilán, un sujeto entró al despacho de un abogado y le disparó en la cara. La dantesca escena era grabada por una cámara de seguridad y el asesinato se divulgó y se compartió por todas las redes sociales. En marzo de este año, y como si fuera un videojuego, pero completamente real, Brenton Tarrant, un australiano de 28 años, utilizó una cámara GoPro para transmitir en directo la masacre de 49 feligreses en una mezquita de Nueva Zelanda. La dantesca escena duró 17 minutos y se transmitió en Facebook Live.
Recuerde otras imágenes publicadas en las redes: Sicarios bajan de un automóvil armados y rafagean a comerciantes de un mercado en Veracruz, otros entran a una estética y asesinan a tiros a un peluquero y un cliente; madre e hija en Chiapas son humilladas, desnudadas y rapadas. Algo anda mal en el país y sólo sus ciudadanos nos damos cuenta, porque las autoridades sólo piensan en como “sangrar” los bolsillos de los ciudadanos. Cheque esto: de acuerdo con la organización Semáforo Delictivo, en el 2018 se cometió un asesinato cada 15 minutos y la tendencia en el 2019 sigue siendo la misma. Y hay más, en la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana realizada por el INEGI, ocho de cada diez mexicanos –es decir, el 75 por ciento de los ciudadanos- tienen miedo y consideran inseguro vivir en su ciudad.
Entre una estúpida moda de grabar y publicar videos de crímenes, la falta de estrategias para combatir el delito, la república amorosa y la cacería de automovilistas que no verifican, andamos en aprietos. Dice un refrán “La esperanza del perdón, alienta al pillo y al ladrón.” … En fin.
Colofón.- La cacería de la verificación
Mientras degusta de un plato de sopa de hongos, preparados con zanahoria picada, papa, cebolla, epazote y chiles, acompañada de un vaso de agua fría de papaya, el sofista de los credos imprudentes ve cómo opera la policía en contra de los criminales que no verifican. Más de 100 agentes envalentonados se enfrentan a taxistas mientras las grúas de León y Manzur esperan para hacer el arrastre y sangrar “bolsillos”. Un taxista bañado en sangre, agentes con toletes persiguiendo, intimidando. Los automovilistas son presa fácil en esta cacería que le dejará ingresos fuertes al gobierno y pérdidas a los derechos humanos. Refiere el periodista Juan Pablo Arango: “Las prácticas policiales que derivan en abusos, tienen en su origen una estructura jerárquica poco democrática, vertical y abusiva de su propio poder”.
La alternativa para mejorar el ambiente es quizá la impulsada por el edil y, para la Secretaría de Movilidad, el silencio. Para el periodista del Valle, Pepe Nader una estrategia muy buena es la de promover financiamiento a quienes no han verificado, acertado, aunque lo que vemos es una muestra de una política pública para favorecer las arcas y mostrarle lo mojado del cinturón al ciudadano. Parecen advertencias veladas…
Twitter: @raulmanduj