Crece la desigualdad social: la lucha organizada, única salida
OSVALDO ÁVILA TISCAREÑO
Mientras la mayoría de los mexicanos sufrimos para resolver los problemas de salud, educación, vivienda, alimentación, vestido, calzado y demás necesidades elementales, según la revista SINEMBARGO.MX, tres mexicanos vieron crecer significativamente sus fortunas: primero, Ricardo Salinas Pliego, propietario de TV Azteca y Grupo Elektra, quien también funge como consejero empresarial del Presidente Andrés Manuel López Obrador, pues su riqueza aumentó de 11 mil 100 millones a 14 mil 400 millones de dólares (29.73 por ciento) de 2018 a 2019. El segundo fue Germán Larrea Mota Velasco, cabeza de Grupo México y Cinemex, al saltar de 13 mil 300 millones a 15 mil 500 millones de dólares (16.54 por ciento), lo cual lo deja como el segundo empresario más rico a nivel nacional; y el tercero, Juan Francisco Beckmann Vidal, dueño de la empresa productora del tequila José Cuervo, empresario cuya fortuna fue la que más aumentó durante 2019 al elevarse de 4 mil 300 millones de dólares en marzo pasado a 6 mil 100 millones de dólares en la actualidad (41.86 por ciento), y con ello subió al podio nacional de acumulación de riqueza del sitio ocho al sexto.
Para estos mexicanos y sus familias el 2019 fue de gran éxito y oportunidades, pero no para la mayoría de familias que sufren la pobreza y marginación extremas y de quien muy poco ha cambiado su situación con el gobierno de la Cuarta Transformación.
Ya transcurre el primer mes de 2020 y sin duda es un año que se vislumbra como complicado para la mayoría de los mexicanos; pues inició con una alza indiscriminada en los productos de la canasta básica, baste a título de ejemplo mencionar el precio del tomate que ronda ya los 25 pesos lo que representa un duro golpe a la economía familiar y por las mismas andan otros productos de primera necesidad que son consumidos por la mayoría de los mexicanos.
Aunado a lo anterior sumemos la crisis de salud que por más que se empeñan en desdeñar y negar los gobernantes del auto llamada 4T, hoy constituye una pesada losa para la mayoría de los mexicanos que al enfrentar complicaciones médicas o enfermedades crónico degenerativas se encuentran incapacitados de sortearlos por la falta de dinero para ello y como prueba de que no estamos ante ninguna exageración, al momento de escribir estas líneas los noticieros daban cuenta del cierre de la terminal 1 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México por padres de niños con cáncer que no están recibiendo los medicamentos del recién creado Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), lo que provocó la medida desesperada, con lo que obtuvieron sólo evasivas y desdén por parte del Presidente de la República.
A la par de lo mencionado la incidencia delictiva crece sostenidamente y aunque el titular del ejecutivo federal afirme tener otros datos, hoy diversos registros de especialistas dan cuenta de que 2019 fue el año más violento de los últimos tres sexenios, al sumar cerca de 36 mil homicidios sin que haya una estrategia que por el momento pueda detener tan lacerante flagelo al pueblo mexicano.
En resumen, el aumento de la inseguridad, los incrementos a los productos de la canasta básica, la crisis de salud, así como la recesión económica, la disminución de inversión en infraestructura básica y la eliminación de programas de impacto social como guarderías, pueblos mágicos, fondo minero y otros rubros drásticamente disminuidos son la prueba de que las cosas no pintan nada bien para la mayoría de los mexicanos.
Una vez más queda demostrado que el mal fundamental de la patria es la terrible desigualdad social que aqueja a la mayoría de los mexicanos, pues los datos anteriores muestran la bonanza de unos a condición del malestar y empobrecimiento de la mayoría de los mexicanos, no debe caber la duda, el mal más grave es la pobreza que nos aqueja a la mayoría de los mexicanos y el gobierno federal debe implementar políticas públicas que disminuyan la brecha que nos separa claramente entre pobres y ricos.
Para ello debe tomarse en cuenta el modelo económico que propone Antorcha basado en cuatro ejes: empleo para todos quienes puedan y deseen trabajar; garantizar un salario remunerador con lo que el trabajador y su familia puedan adquirir lo necesario para vivir en la medianía; el ajuste en el cobro de los impuestos, lo que implica que aquellos que ganen mucho también aporten de forma proporcional al erario público; y finalmente, destinar recursos económicos para la creación de obra pública como escuelas, hospitales con medicinas o para la pavimentación de calles y carreteras entre otras necesidades urgentes en cabeceras municipales y comunidades que se desarrollan en el abandono.
Lamentablemente con el nuevo gobierno lleno de ocurrencias, incongruencias y engaños, la sociedad mexicana se encuentra confundida y sin saber qué camino seguir, por tanto el Movimiento Antorchista afirma que la única salida es conformar una gran fuerza social organizada que pugne por una redistribución de la riqueza social, pero para ello se requiere que los mexicanos estén bien informados y una vez lograda la claridad política se una a las filas de la única organización que puede cambiar los rumbos de la patria mexicana.