Corralones y negocios redondos
RAÚL MANDUJANO SERRANO
El hacedor sotanero recuerda que hace un par de días, el cuarto regidor por Toluca, Arturo Chavarría, denunció que el arrastre de vehículos por infracciones, el uso de corralones e incluso el sistema de grúas no debería ser negocio de particulares sino del municipio. Quienes se enriquecen son un par de familias, al menos en el valle de Toluca, los León y los Manzur, que tienen concesionado un jugoso negocio de varias décadas.
Pero no nos quedemos ahí; si bien es cierto los ciudadanos tenemos una pésima educación vial y acostumbramos a responder a nuestra irresponsabilidad con un par de billetes a los de tránsito, también es cierto que no tendríamos que mantener a un par de familias y mantenerlas bien, si es el estado o el gobierno quien sanciona.
De acuerdo con el regidor Chavarría, el municipio tiene la capacidad para encerrar vehículos y arrastrarlos a un costo menor que el proporcionado por los Manzur y León, pero el gobierno estatal les concesionó un negocio que al menos, de manera estimada, les representa alrededor de 100 mil pesos diarios.
Lo que fuere; usted, yo, todos, pagamos la multa por infracción para el gobierno y luego, hay que pagar por arrastre y corralón, que no es algo que solicitamos, sino que te obligan a adquirir.
El amanuense ni a favor de las multas, pero si valiera la pena poner atención a este “jugoso” negocio de contubernio familiar y de algunos funcionarios, que les debe redituar a ambos ingresos espectaculares, en detrimento de los ciudadanos.
Colofón.- Las grotescas disculpas públicas
Hoy anda fuera el amanuense, por eso degustará de una torta de salchicha con queso y un refresco de uva, así son las cosas, pero bueno, al periodista le atrae enormemente un tema muy de boga, las disculpas públicas.
Primero el gobierno de la ciudad de México ofrece perdón por el caso Lesvy Berlín Rivera Osorio, asesinada hace un año y de la cual se dijo, el Sistema de Administración y Procuración de Justicia le falló. Lesvy fue hallada ahorcada muerta en una caseta telefónica en un campus universitario, donde curiosamente, en ese CCH oriente fue asesinada Aidé Mendoza cuando una bala le pegó mientras estaba en su salón de clases.
Lo más probable es que las disculpas se vuelvan modo públicas, pero se resarce el daño; ¡Ojo! Esa es la parte que no le devuelve la vida a las víctimas.
No estoy seguro si una disculpa a los papás de los 43 estudiantes de Ayotzinapa resuelva su dolor, o a las familias de los ejecutados en Luvianos acusados de ser parte del narco.
Parece que en el gobierno hallaron una nueva forma de “lavarse las manos”, con eso de que acaba de pasar la semana santa… Hasta otro sótano.
Twitter: @raulmanduj