Construyamos democracia a partir de la no discriminación

Recientemente se dio a conocer la Segunda Encuesta Nacional de Discriminación 2010, la encuesta da a conocer la percepción que tenemos desde distintas zonas del país, niveles socioeconómicos, educativos y grupos etéreos sobre la forma en que vivimos la discriminación en México.
La encuesta muestra las percepciones de hechos que asumimos como derechos de facto, para actuar de distintas formas. Es decir, hemos aprendido a construir una realidad paralela al derecho, en la que nos permitimos seleccionar que obedecemos y que no, a quien discriminamos y a quien no, donde aplicamos criterio y donde exigimos legalidad.
La encuesta arroja datos que sin duda,  tendremos que analizar bajo la óptica de los usos y hábitos que convertimos en costumbres y que en ocasiones anteponemos al derecho, por poner ejemplos; el ochenta por ciento de la población cree que es correcto dar de comer los alimentos sobrantes a las personas que hacen trabajo del hogar, la población considera que no se justifica darle trabajo a una persona con discapacidad física, cuando en el país hay desempleo, el cuarenta por ciento de las minorías étnicas considera que no tienen las mismas oportunidades para conseguir trabajo que el resto de la población, el 40 por ciento de la población opina que las preferencias sexuales dividen mucho a la gente, la mitad de la población opina que se justifica llamar a la policía cuando uno ve muchos jóvenes juntos en una esquina, casi el 30 por ciento de la población opina que las niñas y los niños deben tener los derechos que sus padres les quieran dar.
Una de las discriminaciones más dolientes, es aquella en que por diferencia política se causa un daño económico; es decir cuando se despide a una serie de personas del servicio público, no por cuestión de talentos o habilidades, sino por que tienen una ideología distinta a la del partido en el gobierno, o bien, negar un apoyo cuyo origen es el recurso público, a personas que no apoyaron al candidato de determinado partido. Es este tipo de discriminación,  la que mantiene a políticos con la peor percepción social.
Como podemos ver la discriminación se construye de nuestras percepciones hechas acciones, actos de intolerancia, segregación y marginación que, sin duda, nos dividen como sociedad y realzan las diferencias que tenemos como humanos. En efecto, como humanos todos somos distintos, entre las personas existe la pluralidad, sin embargo, la ley en nuestro país considera por igual a todos los ciudadanos.
El derecho a la no discriminación se encuentra contemplado en nuestra carta magna e incluso existen leyes que enmarcan acciones afirmativas para quienes se encuentren en situación de desventaja. Pero la realidad no se cambia por decreto, la discriminación existe, es real, y lo seguirá siendo mientras no asumamos nuestra responsabilidad en esta práctica y nos comprometamos a cambiar.
La igualdad que se construye desde las diferencias, a partir de éstas y no de la uniformidad, es el destino de la democracia, es el contenido sustantivo para la construcción de un Estado sólido, un Estado justo y respetuoso de las leyes que se ha dado. Mi anhelo, es que logremos construir para Zacatecas y la Nación, las bases para ser mejores; desde la política pública antidiscriminación que impulse el Gobierno y desde la actitud que asuma con su actuar cada ciudadano.
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