Compra de votos, Veracruz y Zacatecas. El PRI ha vuelto
JOSÉ NARRO CÉSPEDES *
Es un hecho que a nadie sorprendieron las 13 horas de grabación presentadas por el PAN para denunciar el uso faccioso de los programas sociales por parte del PRI de Veracruz para comprar votos de cara a las elecciones de julio.
Lo importante de la denuncia no fue que apuntaran un hecho demasiado sabido por todos, sino que por fin, existían pruebas inapelables de una conducta delictiva, no podía haber ninguna explicación que los exculpara. Sin embargo lo que hubo fue una minimización mediática del hecho y el cinismo del PRI. Unos cuantos despidos menores y ya.
El auto llamado nuevo PRI ha vuelto, la creación de clientelas electorales, el manejo de los programas sociales y de presupuestos gubernamentales para la compra de votos y el diseño de campañas políticas desde los gobiernos municipales estatales y el federal es una práctica insertada en el ADN del priísmo.
Hace días se denunció el manejo de programas sociales por parte del Gobernador de Coahuila, Rubén Moreira.
En Zacatecas, el gobierno encabezado por Miguel Alonso Reyes ha tomado el control de la campaña electoral del PRI, lo cual ha sido registrado por la prensa estatal y local.
El pasado 2 mayo 2013 el periódico Reforma reportó que “El Gobernador priista Miguel Alonso intensificó en las recientes dos semanas sus giras por municipios y la entrega masiva de recursos por más de 300 millones de pesos en pleno proceso electoral.”
El diario zacatecano Página 24, reportó que “Tras pedir el apoyo para el proyecto que encabeza Enrique Peña Nieto, en el país, y él en la entidad, «proyecto que traerá un Zacatecas unido, productivo, moderno, más seguro y con más oportunidades» el gobernador Miguel Alonso Reyes entregó cerca de 20 millones de pesos de programas de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) en seis mil 400 microcréditos, a beneficiarios de 28 municipios, con el propósito de que inicien o amplíen sus negocios. Emocionado, y mientras caían del techo cientos de papelitos verdes, blancos y ojos, Miguel Alonso dijo: “Por eso yo le digo a toda nuestra gente que sigamos trabajando unidos y juntos en el mismo proyecto que traerá progreso y seguridad y que genera mejores condiciones de vida para Zacatecas”.
Mientras tanto, denunciaron miembros del Frente Popular de Lucha de Zacatecas que Lucía Reyes Alonso, presidenta estatal de Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (SEDIF), entregó despensas en bolsas color rojo, que tenían el nombre del candidato del PRI al municipio de Zacatecas, Carlos Peña Badillo.
Es un hecho, el gobierno de Migue Alonso está enfocado en las elecciones del 7 de julio, desviando recursos hacia la campaña y tratando de generar la idea de que los millones ejercidos del presupuesto federal son producto del PRI y su gobierno y no parte de las obligaciones de cualquier gobernante.
Estos hechos son en sí, conductas delictivas y es una clara intromisión gubernamental que atenta contra el proceso electoral en Zacatecas.
Además, mientras el gobernador y toda la estructura gubernamental están en campaña, la represión natural priísta lleva su propio camino. En Zacatecas, líderes sociales están permanentemente amenazados con órdenes de aprehensión en caso de que su participación cuestione las actividades criminales del PRI-Gobierno.
El Nuevo PRI está dispuesto a quedarse con el poder, al menos, otros 75 años, para lo cual reestablecerán el régimen de autoritarismo y corrupción que se fundamenta en el miedo de sus opositores y la miseria.
Comercian con una miseria de la gente que compraran despensas a cambio de votos, mientras que muchos opositores callarán para no ser encarcelados o perseguidos.
El PRI, crea reyezuelos de 6 años (o tres, en los mmunicipios) que creen que los recursos del estado pertenecen a quien encabeza el gobierno y disponen de ellos para encargarse de perpetuar el poder para sus herederos. No entienden que su cargo debe ser de una práctica democrática, del ejercicio de los bienes del estado para la comunidad, sin distingo de periodos electorales o colores partidarios.
El gobernante gobierna para todos, no para su partido. Esa es la esencia de la democracia, sin embargo no todos entienden eso.
Todo esto, ante la mirada complaciente de las autoridades federales y estatales. El PRI avanza porque ha construido las instituciones que le garantizan la impunidad. Tiene el dinero y suficientes empleados para evitar cualquier cuestionamiento, no digamos castigo.