Comparten Miguel Alonso y obispo de Zacatecas objetivos comunes para 2014
Zacatecas, Zac.- Conscientes de las necesidades de los zacatecanos para satisfacer aspectos no sólo de carácter material, sino de desarrollo espiritual, el gobernador del Estado, Miguel Alonso Reyes y el obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, se reunieron previamente a las fiestas navideñas.
En el encuentro, ambos coincidieron en la importancia de coordinar esfuerzos para que, desde sus respectivos campos de acción, puedan mejorar la vida de los zacatecanos, en particular la de los jóvenes.
El obispo compartió que recientemente visitó el Centro de Internamiento y Atención Integral Juvenil del Estado de Zacatecas y se percató de que algunos de los muchachos, pese a su corta edad, sienten que su vida está destrozada.
Alonso Reyes expresó que ante la realidad que se vive, es importante que la Iglesia y el Estado implementen acciones y programas que sirvan para orientar a la juventud en un proyecto de vida que les permita desarrollarse plenamente.
El mandatario estatal expuso a monseñor Noriega Barceló algunos de los programas sociales que la administración a su cargo ha implementado para mejorar la vida de los zacatecanos, particularmente la de las personas con los mayores niveles de marginación.
Es mediante estas acciones, encaminadas a apoyar a la gente que más lo necesita, en las que ambas instituciones pueden coordinar esfuerzos, coincidieron el gobernador y el obispo.
Otro de los temas que abordaron fue la estrecha relación entre Iglesia y Estado en materia cultural e histórica, pues para el 2014 la administración estatal celebrará los cien años de la Batalla de Zacatecas, mientras que la Diócesis festejará los 150 años de su fundación.
Durante el encuentro, Noriega Barceló dijo sentirse como en casa y con la alegría que lo caracteriza se sentó al piano y entonó algunos villancicos navideños.
Fraternalmente, invitó al gobernador a sugerirle una canción y Alonso Reyes le pidió la Marcha de Zacatecas.
“Al cliente lo que pida”, respondió el obispo y lo deleitó con la canción que es considera el segundo Himno Nacional de México.