Claveles Verdes: Por una vejez LGBT+ digna
HERACLIO CASTILLO VELÁZQUEZ
Zacatecas, al igual que otros estados del país, cuenta con algunos asilos para ancianos o casas de convivencia para personas de la tercera edad. Estos espacios permiten brindar atención a quienes por distintas razones no cuentan con un familiar que cuide de ellos y su avanzada edad tampoco les permite valerse por sí mismos.
En el caso de las casas de convivencia, fomentan actividades para la interacción entre adultos mayores y evitan que el monstruo terrible de la soledad aniquile sus vidas demasiado pronto.
Hace un par de años en otros estados del país comenzó la gestión de espacios para adultos mayores de la comunidad LGBT+ que brinden atención especializada a este sector de la población. Hay quienes cuestionan la necesidad de estos albergues al afirmar que bien pueden integrarse a los centros ya existentes.
Tal vez tengan razón, aunque la convivencia sería de mayor calidad cuando se comparten experiencias entre iguales, además de considerar que la comunidad trans* sí requiere de cuidados especiales cuando logran llegar a la tercera edad (recuérdese que para este grupo la edad promedio ronda los 35 años debido a una alta tasa de suicidio).
Desde mi experiencia, he visto en Zacatecas una comunidad LGBT+ predominantemente joven y los pocos casos de adultos mayores que conozco difieren mucho en sus circunstancias. Hay quienes ya tienen un plan previsor cuando llegue el momento de depender de alguien, pues han reunido el recurso suficiente para contratar a alguien que vele por sus cuidados.
En otros casos, los más, apenas pueden valerse por sí mismos y no cuentan con algún familiar o conocido que se haga cargo de ellos. Algunos han intentado internarse en un asilo de ancianos, pero su tristeza los va consumiendo hasta sumirlos en una terrible depresión. Hago énfasis en este punto porque la salud mental también es un elemento clave para una vejez digna.
La experiencia de vida en cierta forma es distinta a otros adultos mayores albergados en estos asilos. ¿Hablar de los hijos, nietos, bisnietos? En la mayoría de los casos estas charlas son ajenas a la comunidad LGBT+ de la tercera edad, aunado al hecho de que hay prejuicios que en la tercera edad ya es muy difícil erradicar.
Tener un albergue para adultos mayores de la comunidad LGBT+ permitiría no solo mantener su salud mental, sino que también facilitaría la convivencia entre este grupo al compartir experiencias de vida en un mismo horizonte. Quizás la juventud LGBT+ en su presente no sea consciente de que en un futuro la vejez llegue a su vida como una etapa natural.
Hoy hablamos de la posibilidad de tener matrimonios igualitarios como si la idea de una pareja formal y legal nos exima de la muerte. Sin embargo, el tiempo también es cruel y en algún punto llegaremos a esa circunstancia. ¿Estamos garantizando una vejez digna para la comunidad LGBT+ que hoy goza de la juventud? ¿qué estamos haciendo por los adultos mayores de hoy? Para pensar.