Centremos el debate
OSVALDO ÁVILA TIZCAREÑO
El pasado 3 de noviembre la prensa local daba cuenta de la suspensión de la comparecencia del titular de la Secretaría de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, ante los diputados locales, rápidamente varios columnistas informaban de la inexistencia de un formato y claras reglas sobre el debate con los representantes sobre la reforma constitucional que pretende mantener en las calles al ejército hasta el año 2028.
Posteriormente en conferencia de prensa la presidenta de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), la diputada priista Gabriela Basurto Ávila, informó de la presunta intromisión del ejecutivo estatal que había hecho llegar una notificación a las 8:30 de la mañana para promover el encuentro a las 3:30 de la tarde, sin precisar formato, contenido de la discusión, reglamentar las participaciones y el tiempo para cada una de ellas.
Luego de un airado debate donde varios legisladores expresaron su inconformidad alegando intromisión y la intentona de vulnerar la autonomía del legislativo, se suspendió el encuentro ante el lamentable y repentino deceso del diputado Sergio Ortega Rodríguez.
Después de exponer sus puntos de vista, la suspendida reunión se efectúo el pasado jueves 10 de los corrientes; previamente en comisiones se aprobó la reforma constitucional para prolongar la estancia del ejército en las calles y con ello se comprobó el cambio de discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador y la 4T en pleno, que antes cuestionaba sobre la militarización y ahora exige se aplique a riesgo de caer en alta traición a la patria.
En la comparecencia referida primero se anunció se efectuaría en el vestíbulo y finalmente se realizó en el pleno parlamentario, muy al estilo de lo que acontece en diversos tópicos en esta 64 Legislatura; la sesión tránsito en el absoluto eclecticismo pasando desde las posiciones zalameras reconociendo el hecho inusitado de establecer contacto con los Diputados, a las estridentes críticas realizadas a la ineficaz estrategia de combate a la delincuencia.
Resulta necesario destacar dos puntos sobre la exposición del segundo a bordo del gobierno federal y de sus respuestas a la prensa. Veamos.
Primero. Ante un enérgico reclamo del experimentado orador Juan Mendoza Maldonado, que haciendo uso de su representación como diputado, pidió cuentas sobre el fracaso de la estrategia a pesar del robustecimiento de las fuerzas federales en nuestro estado y a la par de ello interrogó sobre la pretensión de que un militar pueda llegar a la primera magistratura; como respuesta pedante y excesiva en su acostumbrado pausado tono, el Secretario de Gobernación ofreció regalar una Constitución Política -para conocer la ley-, pero nunca hubo un asomo de autocrítica sobre la errática política que ha bañado de sangre a nuestro estado.
Segundo. Sobre los cuestionamientos de los medios, acerca de la batalla interna por la candidatura presidencial en Morena, que ha generado la exhibición de presuntas conversaciones por parte de la gobernadora de Campeche Layda Sansores San Román, del senador Ricardo Monreal Ávila, Adán Augusto López sólo tuvo a bien reconvenir a las partes y llamarlos a la conciliación, pero nada se cuestionó sobre el origen de las posibles conversaciones, no se condenó el que la mandataria estatal asumiera funciones de fiscal, sólo forzadamente se elogió al Senador zacatecano y por la vía del hecho se insinuó que estábamos ante acciones realizadas a valores entendidos.
Muy lamentable resulta que no se hagan anuncios serios sobre la modificación de la estrategia, no se anuncian tampoco por parte del funcionario federal inversiones extraordinarias en materia de seguridad, tampoco se responde nada ante las crecientes muertes violentas efectuadas todos los días; pero también se pone al descubierto el enanismo de varios de los protagonistas de la política local pues en el debate previo y posterior, sólo se ocupan de banalidades y se conforman con estridencias en tribuna.
Y resulta obvio que estamos ante un acto de campaña del paisano del presidente López Obrador, que, a pesar de ya contar con el aval de más de 23 congresos locales, requiriendo sólo 17, vino a Zacatecas a hacer proselitismo dejando al descubierto que lo que menos importa es la violencia creciente, poco importa que sean en promedio cuatro muertes violentas diarias, al final sólo interesa la pugna por el poder, aunque para ello se bañe de sangre la patria.
Por mi parte, creo sin temor a equivocarme que ya no es posible admitir las culpas al pasado, es hora de cambiar la estrategia y sobre todo entender que eso de “abrazos y no balazos”, es un acto de permisividad para que continúe el horror, también debemos entender que las transferencias monetarias no resuelven los males de la gente y urge un cambio de rumbo ya, porque mañana será demasiado tarde.