Candidaturas: La ruta que sigue
MIGUEL ÁNGEL REYES
Más allá de los fracturados, cómplices, indecisos y desordenados métodos para la elección de candidatos que aún practican algunos partidos políticos y, en la víspera de iniciar un fuerte trabajo de organización al interior, con la correlatividad de fuerzas políticas, comprobamos que para lograr una candidatura debe haber detrás un arduo trabajo político pero, sobre todo, social.
El ineludible rumbo político en Zacatecas hacia el 2018 va tomando forma, en algunos casos bajo los oscuros arreglos y/o chantajes de quienes a ultranza pretenden seguir teniendo el control del estado y de las instituciones públicas al servicio de la Educación, como la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) –dominada políticamente por grupúsculos internos- cuando saben perfectamente que su vida política ya no es de utilidad para los zacatecanos y ésta llegó al ostracismo, gracias a la fragilidad de sus aparentes emociones palaciegas.
Si bien hay una democracia a medias al interior de la mayoría de los partidos políticos, lo cierto es que en la lucha por las candidaturas -pública o privadamente- se ha vuelto recurrente un condicionamiento indiscriminado de sobreponer un interés personal adverso a la voluntad popular.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) es experto en ello, de ahí la plaga que se ha extendido a otros institutos que se dicen de izquierda porque gran parte de sus militantes disfrazados son rémoras priistas ahora enquistados hasta la cocina de partidos como el de la Revolución Democrática (PRD), pues desde su mismo Consejo “trabajan y cobran” utilizando la estrategia, ésa sí, del agandalle, para llevar agua ajena a sus milpas, hoy ya desiertas.
Pero insistimos, más allá del método de elección de candidatos e independientemente si éstas han dejado de ser un asunto técnico-electoral de medición para los partidos, lo importante es la ruta.
El debilitamiento cada vez más certero del multi afamado Frente Ciudadano por México (PRD-PAN), obedece a la crispación mediática de aquellos personajes que –ya lo vimos- buscan intereses propios y fallidos; seguidores del recurrente e iluso populismo de aquellos que en su estados dejaron muerte y miseria y que desde Zacatecas los cada vez más debilitados amarillos siguen impulsando sin ningún pudor.
Mientras tanto, seguirán los nostálgicos aberrados y aferrados, quienes desde el Sol Azteca, no obstante aparecer a estas alturas con una mano frente y otra detrás, insisten en reconstruir las migajas que ellos mismos –muchos de ellos- ocasionaron desde las divergencias municipales y desde la misma cúpula perredista, pues cuestionados por los malos manejos y la repartición de dádivas millonarias a su contentillo, los ha colocado en la miseria política y con el miedo de no pasar “pruebas de fuego”, como ya lo hicieron en Morena sí, tranquilamente, en una primera etapa y valorando una democracia interna sin tanto aspaviento.
El frente aquel se difumina; no es raro el camino equivocado que lleva. Es resultado de la mediocre acción de ambición y poder desde los estados, desde los grupúsculos ya disminuidos en territorio estatal y nacional, que los ha lanzado hasta el cuarto lugar como fuerza política que, pensaban, tenían todo (son unos chuchos desvencijados ya), a grado tal que al final de día, tengan que doblar las manos para unirse a un proyecto perdedor ya de origen como el de Miguel Mancera.
Los otros avanzan y, en Zacatecas avanzan más, con la pena…