Caballos, belleza, música, alegría y mucha diversión en el Sábado de Gloria en Jerez
Ricardo Evodio Cabral Vera
Jerez de García Salinas, Zac.- Por la mañana, las calles lucían como espejo, cual descripción del poeta Ramón López Velarde en su Suave Patria, los tapancos quedaron colocados desde el día anterior a lo largo de la calle principal, listos para ser ocupados por las personas que comenzarían a arribar alrededor de las 11:00 horas.
Cientos de vehículos comienzan a llegar a la ciudad, unidades provenientes sobre todo del estado, pero se aprecian también placas de Jalisco, Aguascalientes, Nuevo león, Chihuahua, Durango, Distrito Federal, Estado de México, Puebla, San Luis Potosí; se han visto incluso taxis de Guadalajara y de la capital del país.
Los múltiples negocios improvisados a lo largo de las arterias de entrada y salida a la ciudad, así como en todo el primer cuadro estaban preparados, las hieleras llenas sobre todo de cerveza en lata, algunos comercios establecidos se convirtieron en cervecería y la única fábrica de hielo en barra que existe en Jerez, Los Dos Polos, otra vez se quedaba corta con respecto a la demanda; a las 10:00 horas despachaba el último cuartito.
Los cascos de los caballos resonaban sobre el pavimento y anunciaban el inicio de la cabalgata; minutos después se escuchó el primer estruendo de un Judas que quedaba reducido sólo a la base de carrizo; en unos cuantos minutos los charros (los de verdad y los ocasionales), dieron cuenta de todos los monigotes que colgaban afuera de bares y cantinas y en otros negocios de vinos y licores.
Helicópteros de corporaciones federales surcan el cielo jerezano, otros patrullan en sus unidades y varios más de instancias estatales y municipales recorren la ciudad a pie tierra y a caballo; la coordinación interinstitucional parece estar surtiendo efecto; una unidad blindada del Ejército se ubicó enfrente de la Presidencia Municipal, mientras que policías estatales vigilaban desde las azoteas
Por un lado, suena fuerte La Cabrona o La Chirriona, piezas típicas del folclor zacatecano, entonadas por algún tamborazo, también los mariachis comenzaron a tener trabajo, lo mismo los cuarteros norteños y hasta los llamados Cusinelos, grupos conformados por indígenas huicholes.
Esta vez las bandas no se concentraron en un solo punto, en torno al Jardín, para evitar la confusión de varias melodías ejecutadas al mismo tiempo y con estridentes sonidos, lo que hacía en otros años que no se le entendiera nada a ninguna. Esta vez se acomodaron a cierta distancia, lo que permite también que la aglomeración no sea en un solo lugar.
La circulación de los caballos se desarrolla en el orden que se fijó con tiempo, hasta el momento todavía se respeta; en cuanto a las cervezas y tequilas comiencen a hacer efecto, ya no se sabe.
Así conforme transcurre el día, avanza la Feria más tradicional de Zacatecas, la fiesta hasta el momento transcurre sin incidentes mayores.
LNY/RECV