Breves recetas de Economía. El buró de crédito no es como lo pintan

JAVIER LARA CABALLERO

Todos hemos escuchado de algo llamado “buró de crédito” y al escuchar esa palabra nos espantamos, inmediatamente pensamos en un concepto negativo, es más, hasta decimos: ya valió, porque estoy en el buró de crédito, sin darnos cuenta de que la gran mayoría de los mexicanos estamos inscritos.

Para empezar, es importante saber que el buró es una empresa privada. El buró no cobra deudas ni otorga ni quita créditos. Es una simple referencia de nuestro historial de pagos a través del tiempo con aquellas instituciones que tenemos contratado algún tipo de crédito o servicio. Desde nuestro recibo del celular, nuestras tarjetas de crédito o hipoteca, hasta nuestra situación con el Fisco.

Cada que solicitamos un crédito, a quien se lo pedimos, le pregunta al buró de crédito si es que somos o no buena paga, o si tenemos deudas que alguien nos ha querido cobrar. En la antigüedad, cuando alguien no pagaba, algunas tiendas colocaban letreros en los postes y en las calles diciendo “fulanito no paga” o cosas parecidas. El buró es lo mismo, pero a gran escala, así quien va a prestar tiene elementos de valoración para saber si nos presta o no. Pero no todo es negativo, en contraparte, si somos cumplidores y responsables, el buró de crédito nos pondrá una estrellita como nos la ponía la maestra cuando hacíamos bien la tarea. En síntesis, el buró no es bueno o malo, solo es un registro de la manera en que nos manejamos financieramente.

Algo parecido sucede con las conocidas como “calificadoras” de las que se destacan Moody´s, Fitch o Standard and Poors. Ellas evalúan los riesgos que consideran acerca de prestar dinero o invertir en empresas o países. Muchos de los grandes capitales del mundo, deciden invertir en tal o cual cosa o en tal o cual país, dependiendo de lo que les recomienden las calificadoras.

Para acabarla de amolar con nuestro pesimismo, Moody´s acaba de anunciar sus perspectivas a corto plazo para México, y no son nada alentadoras. Paras Moody´s, ante una posible desaceleración en economía en todo el mundo, México podría entrar en recesión para mediados de 2023 que se extendería al menos 9 meses hasta 2024, causada principalmente por una contracción económica en Estados Unidos; mientras que la inflación seguiría en asenso hasta 2025.

Esa recesión solo puede significar pérdida de más empleos, alejamiento de nuevas inversiones, mayor pobreza, carestía y malas noticias para todos, tan es así que nuestro pronóstico de crecimiento para 2022 en el mejor de los casos llegará a uno por ciento y para 2023, se prevé un decrecimiento, caída, retroceso o como le quieran llamar, de alrededor de dos por ciento, o sea que estamos como el chiste que contamos en navidad y que dice “de los cuatro kilos que me faltaban bajar, ya solo me faltan 10”.

Estoy empezando a pensar en cambiar el título de esta columna de “Breves Recetas de Economía” a “Breves Columnas de Pesimismo”. Me urge compartirles buenas noticias.