Bombardeo de encuestas y ¿los problemas del pueblo?
OSVALDO ÁVILA TIZCAREÑO
En los últimos días hemos sido objeto de un sostenido bombardeo de encuestas que miden la popularidad del Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), es el llamado “Traking Poll”, mecanismo mediante el cual se busca conocer la aceptación, opinión e imagen que tiene el primer mandatario ante la sociedad, a esta intención se han sumado ENKOLL, PARAMETRIA y Diario Reforma y otros estudios estadísticos que a través de diversos medios informan que sostenidamente ha disminuido la simpatía del otrora aclamado líder popular.
A la par de ello han pululado declaraciones de personalidades partidarias del gobierno morenista que opinan es muy alta la estima que tienen los mexicanos al presidente y que la apreciación de baja en popularidad es un error, que la gente se encuentra “feliz, feliz”, recibiendo los “múltiples beneficios” de la actual administración. En alguna de mis colaboraciones anteriores afirmaba que constituía esta una estrategia propagandística del actual gobierno que le interesa crear la idea de aprobación a pesar de la errática conducción del país, pues el supuesto bienestar no es tal y la anterior afirmación se demuestra analizando distintos ámbitos. Veamos:
Las cosas marchan mal, 2019 fue el año más violento con cerca de 36 mil muertos y a pesar de la pandemia el 7 de junio hubo 117 ejecuciones; en materia económica se presentan indicadores negativos y algunos especialistas estiman que la caída será de –7 puntos con implicaciones devastadoras para la población; en materia laboral aunque se ofreció la creación de más de dos millones de empleos formales, tan sólo entre abril y mayo se perdieron más de 1 millón según el reporte del Instituto de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) y la contingencia sanitaria ha acrecentado los problemas derivados de la conducción irresponsable, pues hoy se contabilizan cerca de 139,196 casos de mexicanos contagiados colocándonos en la posición 14, en el séptimo lugar a nivel mundial por el número de muertos con más de 16,448 y el tercer lugar mundial por decesos al día.
Para cualquier persona con capacidad de raciocinio sería lógico que como consecuencia de lo anterior, el presidente de la república junto con todo su aparato de estado buscaría una solución, sin embargo, la realidad es otra, pareciera que AMLO y otras figuras de su partido buscan crear cortinas de humo o distractores para desviar la atención de la opinión pública y se pierdan de vista los problemas reales del país.
Así es la realidad, por tanto tendríamos que preguntarnos, ¿Quiénes han perdido algún familiar, o ahora están desempleados puede considerarse que estén felices? ¿Resulta creíble que ante el miedo a morir por contagio, a manos de la delincuencia, ante la falta de alimentos y la hambruna el pueblo esté feliz?
Y en el contexto estatal la cosa no es muy diferente, hemos visto por todos lados encuestas y más encuestas en donde se presentan altos índices de aprobación del partido Morena, y hacia los posibles candidatos perfilados a la gubernatura en 2021, pareciera que es imprescindible colocarse arriba en las mediciones para venderle al pueblo la idea de aceptable aprobación mediante un medio tan artificial. La respuesta es clara y resulta que, luego de que la voluntad popular llevara al poder a López Obrador, producto del coraje y el repudio hacia las anteriores administraciones federales, de las promesas del mismo paraíso y la demagogia usada por este personaje y su partido resultando que ahora, cuando llevamos casi 2 años de la administración federal no se han visto los resultados que tanto vociferaba en campaña provocando que el pueblo que lo llevó al poder con la esperanza de un cambio se está dando cuenta que la 4T es más de lo mismo: demagogia, unos cuantos pesos de apoyo y mentiras para los pobres, pero facilidades y contratos millonarios para los poderosos de siempre.
En Morena andan muy desesperados por los errores, incongruencias y sobre todo porque la población está descubriendo que fueron engañados con el ficticio gobierno que acabaría con la corrupción, todo esto traerá por consecuencia la pérdida de credibilidad de sus aspirantes para el 2021, pues en el 2018 fue el cobijo del eterno candidato López Obrador quien llevó a muchos al puesto en el que están, y ahora que la realidad popular está cambiando ven el peligro de no tener el llamado “efecto AMLO” a su favor y que incluso, puede jugarles en contra para sus objetivos electorales.
Así se explica la contratación para que decenas de páginas y encuestadoras presenten su proyecto como el mejor y como el más aceptado, están remojando el terreno para salir a la lucha electoral bien armados. Esto demuestra que algo temen, y eso es, que el clamor popular que un día los apoyó, los deje atrás, así como lo hace a nivel federal, por eso han desplegado esa campaña de posicionamiento y tratan de hacer artificialmente lo que no han hecho durante su administración como funcionarios o como representantes populares.
Ante esta situación, el pueblo debe despertar, no dejarse llevar por la marea y la manipulación en las redes sociales y caer en las maromas de la “encuestitis”, es hora que la gente se informe, cuestione, analice la realidad correctamente y sepa elegir qué es lo que quiere para el futuro, de no hacerlo seguirá cayendo en manos de lobos con piel de oveja.