Bloquear la alianza PAN-PRD, un golpe dictatorial

José Narro CéspedesJOSÉ NARRO CÉSPEDES *

A fines de agosto de 1990, durante el «Encuentro Vuelta: La experiencia de la libertad», que congregó a cerca de 40 pensadores y autores del mundo (entre ellos varios Premios Nobel) para discutir sobre el estado de diversos temas capitales en el umbral del siglo XXI, Mario Vargas Llosa acuñó la célebre frase «México es la dictadura perfecta»

“La dictadura perfecta es México, porque es una dictadura de tal modo camuflada que llega a parecer que no lo es, pero que de hecho tiene, si uno escarba, todas las características de una dictadura”.

En su turno, Octavio Paz dijo que el PRI es un partido hegemónico (no dictatorial) surgido de una revolución (es decir, dotado de una raigambre popular de origen) y cuyo acierto (a diferencia de los casos homólogos de Francia o Rusia) fue evitar los males paralelos de la guerra civil y el cesarismo revolucionario.

No obstante, Paz criticaba a los gobiernos priistas por haber «usurpado» lugares que no le correspondían en la economía.

Veinte años antes, marcado aún por el crimen de Tlatelolco, Octavio Paz se había referido al PRI en términos casi equivalentes a los de Vargas Llosa: «En México no hay más dictadura que la del PRI y no hay más peligro de anarquía que el que provoca la antinatural prolongación de su monopolio político».

Según el diccionario, una dictadura es un “Sistema político en el que una sola persona o un grupo gobierna con poder total, sin someterse a leyes ni a límites, impidiendo la intervención de otros y controlando todos los aspectos de la vida del Estado y de sus ciudadanos”

Dice una canción de Joaquín Sabina que “No hay nostalgia peor que añorar lo que nuncajamássucedió” y hoy, los neo-priístas añoran restablecer la “dictadura perfecta”, sólo que frente a una sociedad mexicana activa y responsable.

El mismo escritor peruano mencionó que era “característico del PRI el veneno maquiavélico que lo volvía «perfecto», el modo en que había reclutado al medio intelectual».

En Zacatecas, el reclutamiento de intelectuales no existe, habrá que ver cómo ha buscado callar a los medios de comunicación con respecto a la realidad del estado, pero se tiene el control de las instituciones, lo cual se utiliza sin reparo alguno para detener los avances democráticos que la sociedad zacatecana y del país en su conjunto han construido.

La negativa del registro a la alianza «Rescatemos a Zacatecas», lastima profundamente el derecho democrático de construcción de alianzas, hiere el derecho de los ciudadanos de la búsqueda de nuevas herramientas para solucionar los problemas que el actual gobierno no ha podido resolver.

Para ello, un sistema que anhela el poder dictatorial del viejo PRI utiliza el pago de facturas políticas para con seis consejeros del IEEZ.

Sin embargo, hoy nuestro estado y nuestro país tienen una la sociedad más informada y participativa, que la convierte en peligrosa para el nuevo PRI. Por ello es vital para reconstruir la “dictadura perfecta”, destruir cualquier intento organizativo de una sociedad más real.

La estrategia del PRI (también del de Zacatecas) es simple, por una parte se busca reconstruir un clientelismo electoral basado en la compra de las voluntades a partir del reparto de programas sociales y despensas que permitan que los beneficiados se sientan comprometidos a dar su voto a quién les como limosna, lo que en realidad les corresponde.

Al mismo tiempo hay que destruir a cualquiera que pueda señalar al corrupción y la ineficacia de las administraciones priístas, así se utilizan las instituciones para detener los procesos válidos y moralmente necesarios de los adversarios para mantenerlos débiles y separados.

Por ello, en Zacatecas, el Instituto Electoral negó el registro a la alianza «Rescatemos a Zacatecas», para bloquear el derecho humano que tenemos a la libre asociación y negarnos el poder construir un instrumento electoral para derrotar al PRI, una vez más, en un proceso democrático.

Sin embargo es un hecho que en próximos días será la derrota para el gobierno priísta de Zacatecas, porque a pesar del juego sucio se aprobará la coalición PRD-PAN.

Con esto, más importante aún, se formalizará en las urnas la segunda derrota de Miguel Alonso, quien encabeza un gobierno que se ha convertido en sinónimo de represión, lo cual es fácilmente demostrable al recordar el problema de los comerciantes, los transportistas y a nivel nacional es cómplice de EPN, por el conflicto con los maestros del SNTE.

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