Biblioteca «Elías Amador», 185 años de resguardar acervo excepcional en Zacatecas
Zacatecas, Zac.- La Biblioteca de Colecciones Especiales «Elías Amador» cumplió 185 años de resguardar un acervo bibliográfico excepcional y, en algunos casos, únicos en el mundo, que refleja la historia social de cinco siglos.
Ubicada dentro del Museo Pedro Coronel -en el centro histórico de la ciudad de Zacatecas, declarado Patrimonio de la Humanidad-, es la primera biblioteca pública del estado y cuenta con ediciones del año 1509 hasta nuestra época.
El coordinador de la Red Estatal de Bibliotecas, Simitrio Quezada Martínez, destaca que fue puesta en funcionamiento el 1 de diciembre de 1832, sólo tres semanas después de que naciera el Instituto Literario de Jerez, a la postre Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).
De los miles de ejemplares que protege en bellos y altos estantes de madera oscura, 170 volúmenes corresponden al siglo XVI; otros mil 300, al XVII; unos cuatro o cinco mil, al XVIII; algunos más al XIX; y unos pocos al siglo XX, informó el funcionario estatal.
Debido a su riqueza y valor, no todos los libros están a disposición del público, pues de las tres salas que integran la Biblioteca de Colecciones Especiales Elías Amador, sólo los que se encuentran en la tercera sala pueden ser consultados libremente.
El resto de los volúmenes, los más antiguos se ubican en las salas uno y dos, donde están protegidos en condiciones óptimas y luz adecuada para su conservación e investigación, asegura Simitrio Quezada, quien para mostrar el contenido de varios libros utiliza guantes de goma y cubrebocas.
No todos los textos están en español, hay muchos en latín, francés, italiano e inglés, explica mientras indica que el acervo está compuesto por constituciones, manuales de retórica y de oficio divino, textos de patrística y de aquellos que marcaron la configuración de las sociedades modernas y federalistas del país.
El libro más antiguo que tiene la biblioteca y de la región centro norte de México es Rationale Divinorum Officiorum, que data de 1509, escrito en latín por Guillermo de Durán, refiere el encargado del área de Investigación de la biblioteca, Juan Carlos Ochoa Valenzuela.
En el texto se refiere la razón de los oficios divinos, en este caso de la Santa Misa, explica el maestro en historia novohispana, a la vez que muestra el libro y asegura que se encuentra en excelente condiciones físicas, a pesar de tener cinco siglos y haber sobrevivido a diferentes épocas bélicas de México.
Otro de los textos importantes con que cuenta la casi bicentenaria biblioteca son las Crónicas de Carlos María de Bustamante, escritas entre los años 1822 al 1841, quien fue el segundo presidente de México. Zacatecas es el único estado del país que tiene los escritos, pues otra parte está en la Universidad de Berkeley, California.
También protegen la Constitución de Zacatecas de 1825, una recopilación de leyes de Basilio José Arrillaga, biblias escritas en cuatro lenguas, tratados de arte y diccionarios de la lengua castellana y del español al inglés, señala el coordinador estatal de Bibliotecas Simitrio Quezada.
A ellos, se suma un Diccionario de la Lengua Castellana de 1791, compuesto por la Real Academia de la Lengua Española, en el que se compilan en un sólo tomo lo que antes se mostraba en seis, y que contiene palabras ya en desuso, como bayosa, derrengar, enfamamiento y guzpatarero, entre otras.
Debido a la cantidad e importancia de los textos antiguos, la biblioteca Elías Amador requiere establecer un laboratorio de papel, combatir la humedad y aplicar procesos constantes para combatir la acidez y los hongos, proyectos para los que se requiere del apoyo gubernamental.
Actualmente, el personal trabaja para catalogar los libros del siglo XVII y ya se terminó con el catálogo de los 453 textos de los siglos XVI, XVII y XVIII, los cuales se planea también transcribirlos y subirlos a Internet para difusión y consulta.
El objetivo del trabajo que se realiza en la primera biblioteca pública de Zacatecas es de vital importancia para conservar los textos que narran y muestran las épocas, costumbres y contenidos que nos hicieron ser la sociedad que hoy somos, concluye Simitrio Quezada.
LNY/Redacción