Arrebato
MIGUEL TORRES ROSALES
En las elecciones del 2 de junio unos 16.5 millon/es de electores sufragaron por la coalición Fuerza y Corazón por México, que integramos el PRD, PAN y PRI. Ese mismo día, casi 39.4 millones de personas se abstuvieron de votar y 6.2 millones votaron por MC.
Es decir, 62.1 millones de mexicanas y mexicanos, que representan más o menos el 63% de los 98 millones 517 mil que integran la Lista Nominal, no le dieron su apoyo en las urnas a Morena y sus aliados.
Eso significa que el oficialismo repetirá en el poder sólo con el respaldo del 37% y con el rechazo del 63% del total de las personas mayores de 18años que reflejaron en las urnas su inconformidad con el actual gobierno impositivo e intolerante de la Transformación de Cuarta (T4), que encabeza Andrés Manuel López Obrador.
Para poner en dimensión esas cifras, además es necesario señalar que la mayoría de ese 37% de votos a favor de la coalición morenista se obtuvieron mediante una elección de Estado, con uso indiscriminado de recursos públicos, intimidación a las y los beneficiarios de los programas sociales, compra de sufragio, cooptación de conciencias, intromisión del crimen organizado y violencia desbordada.
En términos reales esta elección es la más grande del país y también terminará siendo la más sangrienta, la más violenta, la más opaca, la más mentirosa, la más corrupta, la más comprada y la enterradora de la democracia mexicana. Así de lamentable lo sucedido el domingo 2 de junio.
Lastimosamente la historia no termina aún. Ahora López Obrador va por desaparecer la División de Poderes y los contrapesos al presidencialismo.
Como lo mencioné al principio, Morena y sus aliados en las urnas obtuvieron el respaldo sólo del 37% de los 98 millones 517 mil miembros de la Lista Nominal. Sin embargo, el día de la elección sólo acudió a sufragar el 61% de la ciudadanía inscrita en la Lista Nominal; de ellos el 54% votó a su favor.
Por lo anterior, a Morena y sus aliados les corresponde el 54% de las curules en el Congreso de la Unión y el 46, a la oposición.
Empero, el oficialismo promueve la sobrerrepresentación en la Cámara de Diputados. La pretensión es que se le asignen un 20% más de espacios, a través de los plurinuminales, y así obtener las 2/3 partes de las 500 posiciones, para tener la mayoría califica de 372 legisladores para realizar la Reforma Judicial para tener una Corte Suprema a modo y desaparecer a los organismos autónomos contra peso del poder.
La sobrerrepresentación no es otra cosa que darle más espacios de los que les corresponden, en franca violación al mandato popular que sólo les dio el 54% de la votación y no el 74%. Además, faltaría a la Constitución, que establece como límite un 8% de sobrerrepresentación. Pero peligrosamente para la democracia quieren el 20%; tres veces más de lo que les corresponde.
Desde el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y sus fracciones en las Cámaras de Diputados y Senadores de esta LXV LEGISLATURA, daremos la pelea para impedir este atropello, con el que le quitarían espacios a la oposición al subrepresentarla en el Congreso de la Unión, en una intentona de instalar el autoritarismo en México para que un solo hombre imponga su voluntad a los 126.7 millones de personas que aquí habitamos.
Confío plenamente en que el Instituto Nacional Electoral, haga una asignación responsable de los espacios de representación proporcional en ambas cámaras, apegado a lo establecido en nuestra carta magna.