América Yamilet Sánchez Hernández, de Veracruz, cadete fallecida en tragedia en Nueva York

El buque-escuela Cuauhtémoc, emblema de la Armada de México, se convirtió en escenario de una tragedia que ha conmocionado a ambos lados de la frontera. América Yamilet Sánchez Hernández, cadete de 20 años, medallista de natación y estudiante de ingeniería naval, se convirtió en la primera víctima fatal del impacto contra el puente de Brooklyn. Originaria de Xalapa, Veracruz, la joven había publicado horas antes en redes sociales una fotografía con el mensaje “Yo amo NY”, sin saber que sería su última travesía. Junto a ella perdió la vida Adal Jair Marcos, marino de 23 años, originario de Oaxaca y residente en Puebla, conocido entre sus compañeros como «Tyson» por su carácter fuerte y su pasión por el boxeo.

El accidente ocurrió la noche del sábado, cuando el velero, en maniobras de salida hacia Reikiavik, Islandia, sufrió una falla mecánica que le hizo perder potencia y control. Según los primeros informes de la tripulación, el timón dejó de responder minutos antes del choque. Sánchez Hernández, quien participaba en la ceremonia de despedida desde uno de los mástiles más altos, cayó al momento del impacto, sufriendo lesiones mortales. Testigos presenciales describieron escenas de caos: cadetes aferrándose a los mástiles, otros siendo lanzados por la fuerza de la colisión, mientras el velero, con sus velas desgarradas, se estrellaba contra la estructura del puente.

La Secretaría de Marina (Semar) confirmó que, de los 267 tripulantes a bordo —147 de ellos cadetes de la Heroica Escuela Naval Militar de Antón Lizardo—, 22 resultaron heridos, 11 en estado grave. Sin embargo, la falta de claridad en las cifras durante las primeras horas generó confusión y desconfianza entre familiares. El secretario de Marina, almirante Raymundo Morales Ángeles, declaró que “en momentos complejos, reafirmamos lo más valioso para la Armada: su gente”, pero las palabras no bastaron para calmar el dolor de los deudos.

La familia de América Yamilet exige una investigación exhaustiva. “No permitiremos que su muerte quede impune. Ya sea por negligencia de México, de Estados Unidos o de quien resulte responsable, habrá consecuencias”, declaró María del Rosario Hernández, tía abuela de la fallecida. Mientras, en redes sociales, amigos y compañeros recordaron a la joven como una estudiante ejemplar y una atleta dedicada, cuyo sueño era servir a su país.

El buque, con daños severos en su estructura —mástiles doblados, uno cercenado, y el velamen destrozado— permanece atracado cerca del puente de Manhattan. La Agencia Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) de EE.UU. ya inició una investigación para determinar las causas exactas del accidente, mientras la SEMAR insiste en calificarlo como un «percance», evitando hasta ahora hablar de negligencia.

México llora la pérdida de dos jóvenes que representaban lo mejor de su generación: una nadadora brillante y un marino con un futuro prometedor. Sus nombres, América y Adal, quedarán grabados en la memoria de la Armada, pero su ausencia exige respuestas claras y justicia. La tragedia no solo ha dejado un velero dañado, sino una institución en deuda con sus cadetes.

LNY/Redacción