Alonso, la paradoja de Tello
GABRIEL CONTRERAS VELÁZQUEZ
Sirva de indicador insoslayable el lugar que ocupa hoy Miguel Alonso Reyes en el gobierno federal, para despejar dudas sobre la posibilidad y los acuerdos que ha alcanzado el ex mandatario zacatecano rumbo a la candidatura al Senado en las elecciones concurrentes del 2018.
El haber obtenido la dirección del Fondo Nacional de Fomento al Turismo, a la que ingresó el pasado 29 de noviembre después de candidatearse en medios de impacto nacional y local como gran operador electoral y estratega de la derrota de David Monreal –premisa con la que no coinciden en el equipo del gobernador Alejandro Tello- es sin duda un elemento irrenunciable para comprender la movilidad y los acuerdos que sostienen actualmente su carrera política.
La pregunta con la que podríamos dar rumbo y sentido a la comida “entre amistades”, ahí donde refrescó su presencia política en el estado, no es si será o no candidato al Senado, sino si ese acto, eminentemente político, fue estimulado y consentido por el grupo en donde los intereses de Miguel hoy están apostados: el círculo de influencia alrededor del Secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray Caso.
Es también en ese espacio de influencia, donde Francisco Escobedo ha incrementado su plusvalía como legislador y brazo derecho del ex gobernador en San Lázaro. El zacatecano participó en la conformación de la pasada Comisión Permanente de la 63 Legislatura federal, con la finalidad de resguardar las iniciativas de ley que recaen en la responsabilidad del diputado Jorge Carlos Ramírez Marín, del grupo compacto del presidente Peña Nieto.
Si a ello sumamos la presencia del ahora vicecoordinador de la fracción parlamentaria federal del PRI, en el Informe de Actividades del diputado Escobedo Villegas, y recuperamos el mensaje con que Ramírez Marín dio énfasis a la urgencia de aprobar una Ley de Seguridad Interior -iniciativa de las fuerzas armadas que defiende en primera línea Escobedo- entenderemos el nivel de involucramiento político al que ha ascendido Alonso Reyes.
Otra interrogante que no ha resonado entre analistas y comunicadores es la que pretende conocer si Jorge Carlos Ramírez Marín – también ex titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano al inicio del sexenio de Enrique Peña- estuvo al tanto de la reunión que celebrarían un conjunto de funcionarios y ex funcionarios ligados a Miguel Alonso, así como el contenido y finalidad de la misma.
Pareciera difícil pensar que el Gobierno Federal desconoció en todo momento la controvertida reunión (esa donde la fracción de la clase política local que tiene en común la “amistad” con el ex gobernador elogió las virtudes políticas del mismo), si el ágape fue el colofón a la visita y mensaje de Jorge Carlos Ramírez Marín –“amigo” del presidente de la República, “amigo” del Secretario de Relaciones Exteriores, y “amigo” también del Secretario de Turismo, Enrique de la Madrid- a los representantes zacatecanos que se dieron cita en el evento de Pancho Escobedo.
De acuerdo a esta peculiaridad, vale entonces la duda: ¿la deferencia de Alonso para que Alejandro Tello asistiera a la polémica celebración, fue una determinación y actitud sugerida desde una cúpula más alta donde el decoro político subsiste con regularidad (especialmente tratándose de gobernador y ex gobernador del mismo partido)?
Después de todo, estos indicadores sugieren que la disciplina priista no fue atropellada. Las formas se mantuvieron, pero los intereses y los grupos a los que responden esos intereses, cambiaron. Pareció atropellamiento, a los priistas le supo a atropellamiento, sin embargo, el poder nacional no los arrolló, los rebasó.
Queda por conocer qué lugar de la lista de candidatos al Senado ocupará Miguel Alonso en la candidatura del próximo año. Con la seguridad del respaldo que ha extendido Peña Nieto al zacatecano, idealmente la primera posición pertenecerá al todavía director de FONATUR. Pero de los resultados que otorgue la elección en el Estado de México, el PRI buscará al candidato presidenciable más apto para sostener el máximo poder.
Es ahí donde las aspiraciones del cuestionado ex gobernador encontrarán su primer punto de inflexión. Más adelante habrá de someterse al patíbulo electoral, pues los partidos de oposición buscarán incrementar sus activos en las sospechas por enriquecimiento ilícito y grave desvío de recursos durante la administración de Miguel Alonso.
Es también ahí donde la candidatura del ex gobernador representa para Tello una paradoja sin precedentes: hacer campaña con un candidato que representa buena parte de los obstáculos que enfrenta su administración.
Por ejemplo, ¿qué tiene que decir Miguel Alonso de la inseguridad que Alejandro Tello no niega más en el discurso? ¿Qué tiene que decir Miguel del problema financiero que empujó a Alejandro a crear un impuesto de remediación ambiental? ¿O del Área Natural Protegida de la que luego Tello se retractó?
Más importante aún: lo que tenga que decir Alonso ¿tendrá suficiente credibilidad?
Twitter: @GabrielConV