Alejandro Tello nos engañó a todos
NÉSTOR SANTACRUZ MÁRQUEZ
Hace unos días el Gobernador Alejandro Tello anunciaba con bombo y platillo la puesta en marcha del portal que permite, supuestamente, transparentar la obra pública que se ejecuta desde el Gobierno del Estado, y aunque el esfuerzo debe reconocerse, fue la diputada petista Geovanna Bañuelos, quien puso el dedo en la llaga al señalar varias inconsistencias de la misma, ya que -más allá de la georreferenciación- daba cuenta de empresas que aparecían repetidas, es decir, existen duplicidades muy convenientes a la hora de los totales, pues reflejan un porcentaje muy alto de contratistas que supuestamente tienen sólo una obra asignada, cuando en realidad tienen dos, tres o más obras.
Sin duda se debe reconocer el esfuerzo de jóvenes zacatecanos que se realizó desde la Coordinación de Planeación que encabeza Marco Vinicio Flores, ya que desde luego es un paso firme hacia la transparencia, pero siempre y cuando se tomen con madurez las críticas constructivas, pues recordemos que finalmente esa es la labor de nuestros gobernantes: escuchar las opiniones, sugerencias, quejas y porqué no, hasta felicitaciones de cualquier ciudadano, estemos de acuerdo o no, eso demuestra altura, conlleva humildad y genera mejorías. Igualmente es deber de los Diputados representar a los ciudadanos y generar un equilibrio de poderes, para eso están.
Así pues, hoy tenemos una clara e innegable realidad: No hay resultados palpables en este primer año del quinquenio priísta. No existen acciones contundentes en los rubros más apremiantes y sensibles de la sociedad como la seguridad, el empleo o el combate a la impunidad. Hoy, como nunca, asesinan a nuestras familias, nos despojan de nuestro patrimonio, de nuestra tranquilidad, de nuestra ciudad, pero todo sigue igual.
Aunado a ello, debemos considerar que tampoco existe una percepción en la sociedad de que el actual gobierno haya cumplido -o peor aún, que vaya cumplir- con sus promesas de campaña. No en vano debemos recordar que Alejandro Tello se distinguió en aquel entonces por su “Contrato con Zacatecas”, ese que tenía una pequeña clausula en letras diminutas, pero que él mismo se encargó de difundir espectacularmente: “Si no cumplo, me voy”
A un año de este Gobierno, no debe causar sorpresa aquella hueca y falsa promesa que hizo Alejandro Tello, priísta al fin y al cabo. Baste con recordar su discurso reiterado de que él “es un hombre bueno, no es político”, Baste con recordar que el PRI promovió una supuesta iniciativa ciudadana para reducir 100 diputados plurinominales a sabiendas de que no prosperaría, baste con recordar que fue el entonces líder del PRI en San Lázaro, Manlio Fabio Beltrones quien presentó la primer iniciativa legislativa del país en relación a la desaparición del fuero a sabiendas de que su partido, -por orden suya obvio- la metería en la congeladora. Baste con recordar la última maniobra ilusionista que los alquimistas del PRI consumaron en su reciente asamblea nacional para impedir los “plurinominales chapulines” a sabiendas de que el INE lo declararía inconstitucional, baste con recordar, etcétera…. priístas al fin y al cabo…
Por ello, a nadie nos debe causar sorpresa que Alejandro Tello Cristerna deliberada y premeditadamente haya engañado y mentido no sólo al pueblo de Zacatecas, sino al mundo entero, pues no se trata solamente de que haya empeñado la palabra y conciente de que la suya no vale, haya hasta firmado un contrato que, como él dijo “un contrato obliga, un contrato vincula…y si no cumplo: ¡me voy!” Lo anterior no se puede entender de otra manera, pues desmentirme implicaría un verdadero desconocimiento e ignorancia que no tienen justificación para quienes pretenden gobernar un Estado. Y es que debemos recordar que, según los propios estrategas de Tello, priístas, doctos y jurisconsultos, los cargos de elección popular son… ¡irrenunciables!
Así pues, bajo el falaz argumento de que la revocación de mandato ya fue declarada inconstitucional en un juicio (cuando en realidad se requieren cinco para afirmar tal cosa) el PRI envió a sus diputados supuestamente a declarar que no podrán cumplir la promesa de campaña del Gobernador.
Se equivocan los diputados del PRI de extremo a extremo pues el artículo 81 de nuestra Constitución Estatal señala que “El cargo de Gobernador sólo es renunciable por causa grave, calificada por la Legislatura(…)” por lo que si tantos deseos tuvieran de cumplir, nuestros diputados deben leer un poco nuestro máximo ordenamiento legal y diferenciar entre la revocación de mandato y la renuncia.
Si Alejandro Tello tuviera la voluntad de asumir su palabra empeñada y el valor para reconocer su firma plasmada, entonces no debería de andarse por las ramas: Señor, presente su renuncia al Poder Legislativo del Estado y deje la decisión en sus diputados que para eso tienen mayoría en el Congreso… ¡Priístas al fin y al cabo!