Alcoholismo una enfermedad que se controla, no se cura: ISSSTE
Guadalupe, Zac.- Debido a que en las últimas fechas se ha presentado un incremento considerable en la injerencia de bebidas alcohólicas entre los jóvenes, la Clínica del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) en Guadalupe, puso en marcha la Semana del Paciente Alcohólico Encamado.
En ella donde se pretende dar difusión a los tratamientos que se establecen para este sector de la población que tiene la enfermedad del alcoholismo.
El encargado de las actividades de esta Semana del Paciente Alcohólico Encamado, Pedro Arturo Rodríguez Ávila, puntualizó que se pretende dar a conocer el tipo de tratamientos y apoyo que se presenta en la clínica para este sector de la población, ya que al ser una enfermedad el derechohabiente puede pedir incapacidades para tener una rehabilitación total del padecimiento.
“Una de las principales acciones es que el paciente llene una encuesta que va dirigida al índice de consumo de alcohol, para poder definir el tipo de tratamiento que se debe establecer en un principio, ya si es muy avanzada la enfermedad lo que se recomienda es que se interne a tomar una rehabilitación dentro del Hospital General y poder recuperarse de este padecimiento”, afirmó.
También reiteró que dentro de los síntomas que se perciben en un paciente que sufre de alcoholismo, es que no mide el índice de alcohol que ingiere, además de que comienzan a presentarse alteraciones en su vida cotidiana, tanto personal como profesional; lo cual son ya focos rojos que se tienen que atender urgentemente.
Puntualizó que un paciente que sufre de alcoholismo no se considera curado al cien por ciento si no controlado, ya que una rehabilitación se establece de uno a tres meses en donde el enfermo entra a hospitalización y donde se le practican los tratamientos que se consideran necesarios con el médico general, psicólogo y si se requiere de algún especialista como traumatólogo o neurólogo se realizan las acciones pertinentes para que se pueda conjuntar el tratamiento y el paciente llegue a establecer un control con su manera de beber.
Las terapias, dijo, no solamente van encaminadas al paciente, si no que se involucra a la familia y amigos, con la finalidad de tener un mejor resultado y que de igual forma el paciente observe el interés que tiene su entorno por establecer una mejor condición de vida.
Para finalizar, reiteró que los mayores consumidores de bebidas alcohólicas en Zacatecas se encuentra entre la población entre el nivel medio y medio superior, aunque actualmente se observa una injerencia en adolescentes que va desde la secundaria hasta la universidad, por lo que representa un foco rojo que se debe atender desde los diversos ordenes de gobierno.