A todas las mujeres de mi vida, las quiero sanas
HÉCTOR A. ALVARADO GÓMEZ
Durante octubre, muchos países del mundo, organizaciones sociales, ligas deportivas, empresas y personas en lo individual nos unimos para realizar una campaña de concientización sobre la importancia de prevenir el cáncer de mama o detectarlo a tiempo para que pueda ser curado. El símbolo de esta campaña es el color rosa, que se utiliza en diferentes artículos, principalmente en un moño; pero concientizar a la gente no es tarea sólo de un mes, sino una labor que debe realizarse de manera permanente y cotidiana.
La Organización Mundial de la Salud señala que el cáncer más frecuente entre las mujeres es el de mama. Se estima que cada año se detectan un millón 380 mil de casos nuevos en el mundo.
En México, el cáncer de mama es la principal causa de muerte entre las personas del sexo femenino quitándole la vida a cerca de 70 mil mujeres anualmente, y en Zacatecas fallecen cinco mil mujeres a causa de este mal, que se produce con el crecimiento y expansión de células malignas en los tejidos mamarios.
La población más vulnerable de padecerlo es aquella que en su árbol genealógico tiene familiares que lo sufrieron; otros factores son: La edad, la aparición temprana de la primera menstruación, la menopausia tardía, tener el primer hijo después de los 30 años, el uso de pastillas anticonceptivas por más de cinco años seguidos y la obesidad.
El cáncer de mama es una enfermedad que no discrimina a nadie, puede aparecer en mujeres jóvenes, adultas, maduras y de la tercera edad; sin importar el tamaño de los senos ni la forma, si son ricas o son pobres, altas o bajitas. Todas las mujeres están expuestas a padecerla.
Por eso, es muy importante la autoexploración de los pechos de forma adecuada y frecuente, acudir al médico ante el menor indicio o cambio en los senos que pudiera implicar la aparición del cáncer. Recuerden ustedes que después de los 40 años, las mujeres deben practicarse una mastografía para verificar que todo esté bien.
Los síntomas más frecuentes son: El engrosamiento de la mama, cambios en el tamaño o forma de los senos, la aparición de hoyos o arrugas en la piel del pecho, que salga líquido por el pezón o que aparezca en la piel una especie de escamas ya sea en el pezón o la areola.
Pero esta enfermad –con todo lo terrible que pueda ser– es curable, siempre y cuando, se detecte a tiempo.
Uno de los grandes problemas que se enfrenta para detectar a tiempo el cáncer de seno es la cultura machista que existe en nuestro país, el miedo de las mujeres a explorar su cuerpo, la vergüenza de acudir al médico y pensar que las van a ver, que las van a tocar y piensan: «¿Si voy al doctor, se va a enojar mi novio o mi esposo?», «Me va a regañar», «¿Qué va a pasar si me dicen que algo está mal?».
Cuando nuestras parejas nos dicen que van a ir al Ginecólogo, los hombres pensamos «¿Qué le van a hacer?», «La van a ver», «La van a tocar», «Mejor no la dejo ir», y si va «La dejo».
A las mujeres les pregunto: ¿Qué prefieren? ¿Autoexplorarse o enfermarse de cáncer? ¿Ir al médico ante cualquier síntoma, detectar la enfermedad a tiempo y curarse o morir y formar parte de las estadísticas?
Y los hombres ¿Qué quieren para sus mujeres? ¿Una vida sana, alegre, feliz o un cáncer de mama? ¿Qué se autoexploren y las revise el médico o que las mutilen?
Prevenir el cáncer de mama está en nuestras manos. Más vale tocar a tiempo que mutilar después.
Yo quiero que todas las mujeres de mi vida estén sanas, que mi madre, mi esposa, mi hija, mi hermana, mi novia, mis amigas, mis alumnas y mis compañeras no mueran por el cáncer de mama.
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