A 116 años de su natalicio, Genaro Codina es más que La Marcha de Zacatecas
México, DF.- Sus restos descansan en el Mausoleo de los Hombres Distinguidos Zacatecanos, en el Panteón de la Purísima, debido, sobre todo, a la fama que le dio haber compuesto la conocida Marcha Zacatecas. Sin embargo, Genaro Codina tiene mucho más que ofrecer a la posteridad, como lo muestran otras marchas, valses, polkas y danzas que compuso.
Recordado en el 116 aniversario de su nacimiento, que se cumple mañana, Codina fue un virtuoso de la música que desde pequeño había mostrado su gusto y facilidad para aprender a tocar toda clase de instrumentos, especialmente el arpa.
Había visto la primera luz el 10 de septiembre de 1852, en la capital zacatecana, en un hogar conformado por Santiago Codina y María Dolores Fernández.
Cuentan que de joven declinó un poco su gusto por la música y se inclinó hacia la pirotecnia, hasta convertirse en el encargado de los fuegos artificiales con que se celebraban las fiestas patrias en Zacatecas.
La biografía que de él difunde la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM) destaca su matrimonio con Mariana González, con quien procreó dos hijas que fueron su inspiración.
Su primera marcha fue en honor a Porfirio Díaz, lo que le valió un ascenso laboral, aunque por cuestiones políticas acabó preso, al lado de su arpa, que le sirvió para componer diviersas marchas, hasta que llegó el reto de componer la dedicada a su estado natal: Zacatecas, pieza por la que obtuvo mil pesos y que resultó ser la mejor pagada de su vida.
La marcha, refieren los datos históricos, fue ejecutada por primera vez en el hospicio de niños como tema de examen por la banda de la misma institución, teniendo como director al profesor Arturo Elías, autor de una de sus versiones.
Luego fue tocada por una banda típica que estaba integrada únicamente por señoritas, dirigida por el profesor Primitivo Calero, en un concierto del Teatro de la Ciudad, en el mes de abril de 1983.
Después de eso fue dada a conocer al público en general en Zacatecas, en una de las serenatas tradicionales que eran efectuadas en la Plaza de Armas.
Luego se haría popular en el mundo, incluso, cuentan, Benito Mussolini la incluyó en el repertorio de fiestas importantes en Italia.
Codina siguió componiendo, y aunque ninguna otra pieza alcanzó la popularidad de la “Zacatecas”, tuvo en su haber otras marchas como las tituladas: “Patria Mía”, y “México”.
También escribió la polka “Las típicas zacatecanas”, los chotises “Ayeres del alma”, “Carmen, “Recuerdos”, “Emma”, “El sueño de la inocencia; mazurcas como “Chere ami”, “Una confidencia”, “”Elena” y los valses “Primavera de la vida”, “Sueño dorado” e “Idilio”, así como las danzas “Acacia”, “Los ojos de luz” o “Dime que sí”, entre otras.
Codina dejó de existir el 22 de noviembre de 1901 y fue hasta 1932 que el ayuntamiento de la ciudad de Zacatecas le rindió homenaje con una placa con su nombre en el número 16 de la calle de la Compañía, donde él vivió.
LNY/Redacción