A través de la historia protestamos para dialogar

José Narro CéspedesJOSÉ NARRO CÉSPEDES

La democracia, como hemos dicho muchas veces, es básicamente el poder del pueblo, lo que implica que la gente tiene la obligación de involucrarse en los asuntos públicos y buscar el bien común.

El involucramiento de las personas en los asuntos públicos, necesariamente lleva a un enfrentamiento de posiciones ideológicas, económicas y sociales toda vez que las sociedades contemporáneas, son sociedades multiculturales y con una marcada división en los ingresos económicos.

De esta manera, existen una cantidad grande de respuestas diferentes y contrastantes a una sola problemática. Muchas veces estos puntos de vista divergentes causan enfrentamientos, pues no es poco común que un camino, aplaste o destruya a los que no están a favor.

La democracia, es decir, el utilizar el poder por parte del pueblo tiene como fundamento el derecho a disentir y a la exposición de los argumentos que grupos o personas tienen en contra. En muchos casos, la democracia se basa también, en el derecho a la protesta.

La protesta, en caso de no existir los canales para la exposición y negociación de los puntos de vista divergentes, se convierte en una herramienta para forzar la construcción de un canal de diálogo. Protestamos para dialogar.

Hoy día, en todo nuestro país nos hemos acostumbrado a satanizar la protesta social. Los medios de comunicación, se han convertido en los voceros de los grupos que apuestan por la imposición de puntos de vista que afectan a la mayoría con el fin de fortalecer la polarización de los recursos económicos. Hacer más ricos a los pocos ricos y empobrecer aún más a la inmensa mayoría, aún a costa de la soberanía nacional.

México, cada día vive la protesta social, siguen sin resolverse las exigencias del movimiento #yosoy132, del SME, de los maestros, la situación de miseria del campo mexicano, los empleados de Mexicana de aviación, los rechazados de escuelas públicas, de los padres de la guardería ABC, y un preocupante etcétera.

Peor aún se avecina una gran protesta ciudadana por la inminente imposición de la Reforma Energética, donde todos los que no estamos de acuerdo seremos atacados y calificados de revoltosos, por todos los medios de comunicación al servicio de los impulsores de la privatización de Pemex.

De manera contradictoria, México está siendo impulsado a rechazar la protesta social, pero al mismo tiempo, hemos sido educados respetando y anhelando las grandes protestas mundiales y nacionales. Curiosamente en su tiempo, todas fueron rechazadas enérgicamente por los grupos hegemónicos que las enfrentaron.

Dentro de un universo de protestas organizadas a través de la historia mundial, aquí algunos ejemplos.

Rebelión plebeya romana (494 a.c.)

Es el el primer caso conocido históricamente de una protesta generalizada al frente de un reclamo concreto hacia cierto grupo, esta protesta fue llevada a cabo pacíficamente con logros concretos que respondieron a sus demandas, primer hecho histórico de la protesta como motor de cambio. Su lucha fue contra el sistema político romano controlado por los patricios, en donde únicamente los patricios tenían el derecho a voto y la participación política, por ello buscaban poder participar de la actividad política romana, que implicaba no solo el voto sino la toma de decisiones de corte administrativa que permitiría regular la desigualdad en la sociedad romana.

Los plebeyos romanos protestaron retirándose al monte Aventino en las afueras de la antigua Roma para formar una nueva sociedad plebeya, con lo que lograron la concesión de la creación del Tribunado de la Plebe, cuyos miembros fueron considerados sacros e inviolables, en defensa de sus derechos. Como cargo auxiliar surgen los Ediles de la Plebe. En consecuencia de este primer logro vinieron muchos otros como La sanción de la ley de las XII Tablas, la ley Canuleia que abolía la prohibición de contraer matrimonio entre patricios y plebeyos, la ley Ogulnia, que permitió a los plebeyos integrar los Colegios de Pontífices y Augures, siendo Tiberio Coruncanio el primer plebeyo en ocupar el Pontificado máximo.

Independencia India (1942)

Se podría decir que la independencia de la republica de la India es uno de los sucesos más notables del poder de la no-violencia como herramienta de cambio político, económico, social e ideológico.

Su lucha fue contra el imperio británico por la independencia de una nación sometida indignamente ante este, sometida bajo su poderío bélico.

Los hindúes utilizaron como herramientas de lucha, la Negociación y arbitraje, la Preparación del grupo (rebelde) para la acción directa, la agitación, la emisión de un ultimátum (dirigido al oponente u opresor), el boicoteo económico y medidas de huelga, la no cooperación con las autoridades, la desobediencia civil, la usurpación de las funciones de gobierno y la formación de un Gobierno paralelo.

Con esas formas de lucha lograron la independencia de la república de la India en 1947.
Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos (1955).

Uno de los casos más destacables de la no-violencia como motor de cambio fue el movimiento surgido en EEUU para conseguir la igualdad ante la ley de grupos que no la poseen.

En un principio sólo fue un movimiento organizado contra la discriminación en contra de los afroamericanos y la segregación racial.

En un comienzo se dio con el boicot a los autobuses, luego se extendió a manifestaciones masivas, tomas u ocupaciones de edificios estudiantiles por parte de los estudiantes, protesta constante.

Consiguieron progresivamente derechos civiles que terminaron con la discriminación, segregación e inferioridad ante la ley de ciudadanos estadounidense.

Apartheid (1960)

El apartheid en Sudáfrica fue un sistema de segregación contra la raza negra, en la cual una importante legislación oprimía violentamente a la mayoría negra.

El sistema del apartheid, controlado por una minoría blanca que negaba a las personas de raza negra, básicamente, a derechos de cualquier tipo, y a su dignidad como personas.

Aunque en más de una ocasión se dieron respuestas violentas armadas contra el apartheid, ya que la resistencia se dio durante más de 30 años, la metodología de la lucha no violenta fue la principal protagonista encabezada por Nelson Mandela. Desobediencia pública, marchas de protesta, huelgas, tomas, apoyo de un sector minoritario de blancos y condena internacional.
Argentina, Crisis de diciembre del 2001.

Luego de que la Argentina haya sido considerada como la mejor alumna de FMI y aplicar durante más de una década las políticas neoliberales del consenso de Washington la pobreza en Argentina llegó al 53% y en plena recesión económica la desocupación superaba el 20%, ante la ineficiencia del nuevo presidente Fernando de la Rúa para resolver la crisis, sumado a la antipopular medida del “corralito” estalló el país en caos y protestas, lo que algunos llaman el argentinazo.

Los argentinos primeramente utilizaron como herramienta de lucha, en primer lugar el cacerolazo, que luego llevó a que la gente salga a la Plaza de Mayo y a la casa del ministro de economía Domingo Cavallo a manifestar su repudio, la represión policial frente a estas avivó el fuego de la protesta haciendo que la gente saliera a las calles no sólo en la capital sino que también en el interior del país, expresando en todo el país la angustia y el dolor de un pueblo atropellado por un estado corrupto que respondía con más violencia cobrándose 39 vidas inocentes entre las cuales 9 eran menores de 18 años.

Una vez que el pueblo se unió ante la opresión y el castigo se logró fue la renuncia del ministro de economía y de su presidente, hoy enfrentando a la justicia, dando lugar a un nuevo ciclo político-económico.

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