México, muy lejos de erradicar pobreza extrema en el 2015
México, D.F.- Debido a la ineficacia de los programas de combate a la pobreza y al deterioro en la calidad de los empleos, que afecta sobre todo a las mujeres, en 2015 México no cumplirá el primero de los ocho Objetivos del Milenio (ODM), que consiste en erradicar la pobreza extrema y el hambre.
Lo anterior lo dijo en entrevista con Cimacnoticias el profesor investigador de El Colegio de México, Carlos Echarri Cánovas, quien consideró que en ese escenario el Estado “debe crear una política de empleo de calidad, bien pagados y que fortalezca sectores de alta productividad”.
Una de las metas del primer ODM es “Lograr empleo pleno y productivo, y trabajo decente para todos, incluyendo mujeres y jóvenes”, sin embargo este reto aún está lejos de cumplirse.
En el país, de las 44.5 millones de personas ocupadas en 2008, 4.8 millones perciben ingresos inferiores a un dólar por día (11.7 pesos), según datos del documento que el Consejo Nacional de Población (Conapo) realizó para detallar el avance del país en el cumplimiento de los ODM, al que Cimacnoticias tuvo acceso.
En 1989 la proporción de personas que ganaba esa cantidad era de 14.2 por ciento, para 2000 era de 13 por ciento y en 2008 fue de 6.6 por ciento. En este conteo “deben estar las personas ocupadas en el trabajo informal”, refirió Echarri Cánovas.
El documento de Conapo, realizado con información de distintas dependencias gubernamentales, indica que la proporción de personas ocupadas por cuenta propia y quienes no reciben remuneración fue de 29.7 por ciento de las personas ocupadas.
De las 16.4 millones de mujeres que trabajaban en 2008, 32.7 por ciento lo hacía por cuenta propia o sin remuneración. Mientras que de los 27.2 millones de hombres ocupados 27.9 por ciento estaba en esa circunstancia.
El panorama afecta principalmente a las jóvenes, para quienes es más complicado insertarse en el mercado laboral. Muestra de ello es que en 2009 la tasa de desempleo para jóvenes en el país fue de 10 por ciento, para las mujeres de ese grupo de edad fue de 11.3 por ciento y para los hombres de 9.4.
El desempleo para las y los jóvenes casi se duplicó en la última década, ya que en el 2000 la tasa nacional fue de 4.9 por ciento, nuevamente los hombres estuvieron debajo de la media (4 por ciento) y la desocupación de las mujeres fue de 6.5 por ciento.
En ese periodo de tiempo, el número de personas jóvenes sin empleo pasó de 514 mil, de las cuales 244 mil eran mujeres, a 977 mil, de los que 393 mil son mujeres.
De acuerdo con el investigador de El Colegio de México, el deterioro de las condiciones de trabajo y la desocupación son “efecto” de la crisis económica –en 2008 y 2009– y “una política laboral rígida”, que prioriza los intereses de las empresas sobre los derechos laborales.
Otro resultado del deterioro laboral es la reducción de la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) por persona ocupada, que de 1996 a 2009 decreció de 3 por ciento a -10.4 por ciento.
El adverso panorama dificulta el combate a la pobreza, en la que se encontraban más de 5 millones de personas en 2008, quienes tenían ingresos per cápita menores a un dólar diario. Ese año, la cantidad de personas en miseria sumó un millón más con relación a las registradas en 2007.
A decir de Carlos Echarri, la política pública de combate a la pobreza no debe focalizarse sólo en esta población, ya que personas con ingresos superiores a un dólar diario padecen condiciones semejantes de pobreza.
Un ejemplo más de la pobreza en la que prevalecen algunos hogares en el país, es el consumo bienes y servicios de los hogares más pobres, el cual era de 4.9 por ciento en 1989 y aumentó a 6.6 por ciento en 2008, es decir creció sólo 1.6 por ciento en 22 años.
La falta de capacidad económica para solventar sus necesidades está vinculada con quienes viven en pobreza alimentaria, pues son las y los mexicanos que aun cuando destinaran todos sus ingresos para tener una alimentación recomendable, no podrían tenerla.
Reducir a la mitad la proporción de personas en pobreza alimentaria de 1990 a 2015 es otra de las metas del primer ODM. En 1989, las personas que habitaban en hogares en pobreza alimentaria era de 31.5 por ciento, para el 2000 se redujo a 24.1 por ciento, en 2006 a 13.7 por ciento, pero en 2008 aumentó a 18.2 por ciento.
En ese año, había 19 millones 459 mil personas en pobreza alimentaria en el país, de los cuales 12 millones 230 mil pertenecen al ámbito rural y siete millones 228 mil al urbano.
Otra de las metas es reducir la proporción de menores de cinco años de edad con “insuficiencia ponderal”, concepto que se refiere a las niñas y niños que están por debajo del peso que se considera saludable para su edad.
En este sentido, el documento de Conapo refiere que en 1989 la proporción de la infancia que estaba en esa situación era de 14.2 por ciento, la cual en 1999 disminuyó a 7.6 por ciento y para 2006 sólo se redujo a cinco por ciento, por lo que en promedio una de cada 20 niñas y niños tiene un peso menor al que debería de tener.
De acuerdo con el profesor investigador de El Colegio de México, los avances en el tema de combate a la pobreza y el hambre en el país no han sido los esperados debido a que los programas dirigidos a este fin, como Oportunidades u otros como transferencias económicas, “no han mostrado ser eficaces”, concluyó.
Por Guadalupe Cruz Jaimes/CIMAC