Construyamos la unidad y estrechemos nuestros vínculos con la ciudadanía
LUIS GERARDO ROMO FONSECA
Nuestro país se encuentra en un momento delicado: la crisis, la inseguridad, la ingobernabilidad y el debilitamiento de las instituciones han creado un clima de desencanto generalizado que ha puesto en jaque la credibilidad ciudadana en la política y en sus dirigentes. En buena medida, esto se explica por los efectos de casi 30 años de políticas excluyentes que han polarizado a la sociedad y dejado un notable aumento de la pobreza y la desigualdad. Sumado a ello, la violencia criminal se ha desatado en casi todo el territorio nacional, atravesamos por un momento de crisis de las instituciones democráticas y estamos ante un evidente debilitamiento de las libertades públicas.
En particular, venimos de un proceso electoral marcado por sendas ilegalidades y un sinfín de irregularidades en su desarrollo. Más preocupante resultó aún, como lo advierte el presidente del Partido de la Revolución Democrática, Jesus Zambrano Grijalva, “la riesgosa y peligrosa presencia del crimen organizado de la mano del PRI y protegido por las policías en distintos estados y municipios de la República, que nos está acerando peligrosamente a una suerte de Estado mafioso que no debemos permitir que se pueda consolidar”.
Efectivamente, los pasados comicios fueron a todas luces ilegales, ilegítimos, inmorales, inaceptables y, desgraciadamente, de una violencia como hace décadas no se presentaba en México. Ante este escenario, el PRD ha comenzado un debate interno que se desarrollará con mayor amplitud e intensidad en el seno del próximo Consejo Nacional a efectuarse los días 27 y 28 del mes en curso y, posteriormente, es muy probable que en septiembre se lleve a cabo nuestro Congreso Nacional para discutir temas como: la línea política, la revisión de nuestro marco estatutario, de Declaración de Principios y de Programa, tal como lo ha manifestado nuestra dirigencia.
Indudablemente, será a través de la razón y de las ideas que buscaremos elevar el debate interno en torno a los temas mencionados; no obstante, la cuestión de fondo y el centro de la discusión tiene que pasar por la democratización interna, la unidad y la definición de la línea estratégica a seguir por el partido frente a los grandes temas que preocupan a la ciudadanía: las reformas para dejar atrás nuestros rezagos, abatir el desempleo y la inseguridad; mejorar la educación, la salud, la atención de los grupos vulnerables y procurar el desarrollo sustentable, así como fortalecer la vida pública e institucional, entre otros.
No podemos desestimar que amplios sectores de la ciudadanía no se sienten representados por las instituciones que los representan y tampoco reconocen en sus acciones un beneficio sustancial para ellos. Frente a ello, el PRD debe ser el eje político de las izquierdas en el país y, a partir de una profunda vocación social, democrática y solidaria, trabajar por retomar el buen rumbo del país y consumar la aspiración de los mexicanos a consolidar un régimen político con instituciones y prácticas plenamente democráticas: un país que pueda ir revirtiendo sus lastres y construir uno moderno, pujante y productivo capaz de generar un nuevo ánimo social.
Así mismo, desde nuestros gobiernos, estamos obligados a abrir espacios para promover la participación ciudadana efectiva, respetar los equilibrios de poderes, llevar una relación sana entre los diversos órdenes de gobierno con sentido de pluralidad y en un marco institucional. Sin embargo, con la misma firmeza, debemos ser intransigentes ante cualquier intento de regresión autoritaria, de ficción democrática y de exclusión de las mayorías en la toma de decisiones que impactan en la vida de todas y todos los mexicanos: los derechos ciudadanos y políticos sólo podrán ser efectivos si logramos construir un país justo y seguro que nos devuelva la posibilidad de vivir en paz.
El PRD tiene que fortalecerse a partir de trabajar por dignificar la vida pública de nuestro país y de Zacatecas más allá de cualquier disputa interna o consideración de grupo; recordemos que pese a sus inconsistencias, el PRD siempre ha sido un factor de peso en la vigencia de la legalidad y en la lucha por la inclusión, el respeto a la pluralidad, la tolerancia y las libertades.
En nuestro partido tenemos que ser congruentes con estos principios, por lo que no dudaremos, ni escatimaremos esfuerzos en apoyar toda iniciativa que esté encaminada al bienestar y el progreso colectivos. Por supuesto, como hasta ahora, nuestra línea política se mantendrá en los márgenes de la legalidad bajo una actitud seria y responsable, pero crítica y combativa en defensa de la soberanía popular; entendiendo a ésta como el pilar de la vida democrática y requisito para construir una sociedad próspera y de paz.