El desarrollo requiere de justicia social y educación
GERARDO ROMO FONSECA *
Hoy en día, brindar educación y trabajo a los jóvenes representa uno de nuestros mayores desafíos, porque casi la mitad de las y los mexicanos de entre 15 y 19 años se encuentran sin empleo y sin acceso a la educación. Ante este escenario, el futuro del país depende en buena medida del destino de los más de 7 millones de jóvenes que ante la falta de oportunidades no estudian ni trabajan: los llamados “ninis”. Además de que cerca del 74% de la población económicamente activa en México sufre de rezago educativo.
Como todos sabemos, la educación es la principal herramienta para alcanzar la libertad, la justicia y la igualdad en cualquier sociedad. Sin embargo, en México existen sendas asimetrías estructurales y una marcada desigualdad en la educación, tal como lo advierte el relator especial sobre el Derecho a la Educación de la ONU, Vernor Muñoz Villalobos: “enfrenta dos grandes retos: abatir la exclusión que genera el propio sistema educativo y elevar su calidad”.
Por supuesto, en Zacatecas no escapamos a esta problemática: existen 496 mil 479 personas de 15 años o más en esta circunstancia, según datos oficiales del INEA/2012. En nuestro caso, alrededor del 41% de las y los guadalupenses se encuentran en edad formativa; no obstante, de cada 100 estudiantes que terminan la primaria, 80 continúan sus estudios de secundaria, de los cuales 40 logran ingresar a la preparatoria; pero únicamente 10 de ellos logran terminar su formación superior. Por otra parte, a pesar de que el 40% de los jóvenes guadalupenses se encuentran laborando, su preparación todavía dista de alcanzar la calidad que se requiere para que puedan acceder a verdaderas opciones de desarrollo.
Bajo condiciones de pobreza y rezago educativo, las y los jóvenes permanecen expuestos a problemas de alcoholismo y drogadicción por la persistencia de otros factores negativos como: la desintegración familiar, el aumento de establecimientos dedicados a la venta de bebidas alcohólicas y los puntos de distribución de drogas, los cuales implican enormes riesgos para los jóvenes.
De ninguna manera, podemos permitir que el potencial de las y los jóvenes se desperdicie o canalice hacia actividades delictivas. Nuestro gobierno promoverá el arraigo de los valores familiares, a la vez de coadyuvar en la ampliación de la cobertura educativa y en la mejora de su calidad. Brindaremos apoyo a los padres de familia para que sus hijos crezcan en un ambiente digno, seguro y con educación; de entrada, otorgaremos 18 mil becas escolares para reducir los índices de deserción y generaremos más inversión pública en apoyos alimentarios. Dichas becas se entregarán en las comunidades principalmente a niños de sexto grado de primaria, tercero de secundaria y tercero de preparatoria.
Otro de los compromisos de mi gobierno será gestionar con el gobierno estatal y federal, la obtención de recursos económicos para implementar un amplio programa de equipamiento e infraestructura; que incluya la remodelación de planteles deteriorados y la construcción de nuevas instalaciones en todos los niveles escolares.
Por último, entendiendo que uno de los ejes estratégicos para el crecimiento económico y social de Guadalupe lo encontramos en el acceso a la educación. De ahí que trabajaremos para generar las condiciones que nos permitan alcanzar una amplia cobertura, tanto en el medio rural como en las colonias populares, pero poniendo un énfasis especial en la educación de los niños más desprotegidos: los hijos de jornaleros agrícolas migrantes, los niños con discapacidad y los que se encuentran en situación de calle.