Ley de Participación Ciudadana
CAMERINO ELEAZAR MÁRQUEZ MADRID *
Los tiempos cambian y cada día la sociedad no sólo se hace más exigente hacia sus gobiernos, sino también más participativa. Hoy, nuestras autoridades, de cualquier nivel de gobierno ya no puede aplicar la vieja política autoritaria, en la que las decisiones se tomaban de manera unilateral y con opacidad.
La tendencia internacional caminó hacia la transparencia en los actos de gobierno, tan es así que México tuvo que crear la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública, lo mismo que hizo Zacatecas. Ambas legislaciones no se hicieron por graciosa concesión de los gobiernos ni por su voluntad, fue por obligación y, si lo queremos llamar así, presión internacional.
En el país las autoridades se vieron obligadas a dejar atrás el secretismo y la oscuridad con la que actuaban. La sociedad les exigió conocer a ciencia cierta en qué se aplicaban los recursos públicos, cuánto ganaban los altos funcionarios, quiénes hacían las obras y por qué se les concedían a ciertos proveedores y se desestimaban a otros.
En los últimos años hemos sido testigos de grandes escándalos por enriquecimiento ilícito, como ejemplo están los líderes sindicales, como el otrora líder petrolero, Joaquín Hernández Galicia “La Quina”; y el actual dirigente también petrolero, Carlos Romero Dechamps; en el sector minero está Napoleón Gómez Urrutia; y la ex dirigente del SNTE, Elba Esther Gordillo.
En cuanto a gobernantes baste con referirnos al exgobernador de Quinta Roo, Mario Villanueva Madrid; Humberto Moreira, de Coahuila; y Tabasco, Andrés Granier. Todos del PRI.
Ellos manejaron discrecionalmente los recursos públicos que les fueron encomendados y lejos de usarlos a favor del pueblo lo hicieron en beneficio propio, por ello soy firme impulsor de la creación de la Ley de Participación Ciudadana.
Esa ley permitirá a la gente decidir las obras que más se requieran, conocer en qué se aplican los recursos e incluso determinar, desde su aprobación en el Poder Legislativo, en qué acciones se aplicarán los presupuestos.
Los gobiernos, como autoridad omnipotente y omnipresente, ya no pueden decir qué obras hacer y cuáles no. Tienen que preguntarle a la gente, tiene que pedirle su opinión para hacer de la mejor manera su trabajo de gobernar.
Tenemos que evitar casos como los recientemente sucedidos en Zacatecas, donde la administración estatal inaugura con bombo y platillo una obra como el puente de la curva de La Araña y luego tienen que tumbar las bardas, porque los habitantes se inconforman al serles bloqueado el paso para cruzar la carretera al otro lado de la colonia.
¿Y qué podemos decir de la inconformidad que causó entre los habitantes de esta capital zacatecana el anuncio del gobierno estatal de “remodelar la Alameda”? El sólo anuncio provocó movilizaciones y que las autoridades tuvieran que recular en su proyecto por no haber tomado en cuenta a los habitantes del lugar.
Un hecho más, sólo para el anecdotario de este gobierno. La obra del puente que se realiza en el Mercado de Abastos causa la inconformidad de los locatarios, quienes sufrieron una drástica baja en las ventas. Además, tuvieron que agregar al proyecto un puente, porque no habían contemplado un acceso al lugar.
Otro ejemplo reciente es el vivido la semana pasada con los transportistas locales. El gobierno del estado decidió elaborar un proyecto para instalar un metrobus que recorrerá el boulevard López Mateos, suprimiendo prácticamente dos carriles y con un costo altísimo de mil 200 millones de pesos, que no resolverá el problema de transporte público y hará más lento el tránsito vehicular.
Los transportistas decidieron presentar una alternativa con la utilización de unidades híbridas y con una inversión de sólo 400 millones de pesos. El gobierno actual, lejos de escuchar la propuesta, el viernes y con uso de patrullas de tránsito, como si fuera delincuentes, los obligaron a “sacar” el camión muestra hasta el estado de Aguascalientes.
Por todos esos casos considero que la mejor opción es preguntarle a la ciudadanía qué necesita y cuál es su opinión para resolver determinada situación. No cabe duda, la participación ciudadana es la mejor forma para gobernar bien y por ello soy impulsor de la creación de esta ley.
*Representante del PRD ante el IFE
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