La cultura es el mejor antídoto contra la violencia
LUIS GERARDO ROMO FONSECA
Una de las demandas más recurrentes que la gente me ha externado, es la apertura de lugares para que los niños y jóvenes puedan jugar, realizar actividades físicas y dar rienda a su creatividad. Por supuesto, nuestra plataforma contempla la rehabilitación y apertura de estos espacios que son indispensables para el desarrollo humano.
En particular, al igual que el deporte y la recreación, la cultura también juega un papel fundamental en la formación de mejores mujeres y hombres, además de que favorece los procesos de igualdad e inclusión entre las personas.
Nuestra visión política reivindica la cultura y reconoce su gran potencia: entendemos que el goce de sus bienes ayuda a crear individuos con espíritu crítico y capacidad para desarrollar su conciencia individual y social, mediante el cultivo de la inteligencia y el despliegue de sus facultades creativas.
Precisamente, José Vasconcelos decía que “la cultura engendra progreso y sin ella no cabe exigir de los pueblos ninguna conducta moral” y, efectivamente, tenía razón. De ahí la importancia de fomentar la cultura entre todas las y los guadalupenses, sin distingos de clase o cualquier otra consideración. La cultura no sólo implica la simple adquisición de conocimientos sino la conformación de una estructura de valores cívicos; por lo tanto, es una de las grandes herramientas para construir ciudadanía.
A través de ella, se privilegia el ejercicio de la crítica y del diálogo como mecanismos para generar consensos en un marco de respeto y pluralidad, además de que fortalece el compromiso social de cada individuo con el bienestar colectivo. Recodemos que el Estado tiene la obligación de garantizar el derecho a la cultura y crear las condiciones para que cualquier ciudadano pueda beneficiarse de sus beneficios.
Por nuestra parte, desde el municipio trabajaremos para lograr un acercamiento permanente entre población y cultura, pero dando atención especial a las personas que viven en la marginación. Para ello, nos coordinaremos con las dependencias estatales y federales encargadas de la promoción cultural y gestionaremos más recursos para la implementación de proyectos que permitan la ampliación y mejora de la infraestructura de las áreas de creación artística.
Bajo esta tesitura, el Instituto Municipal de Cultura de Guadalupe será un área estratégica para impulsar el desarrollo humano de los habitantes del municipio, al ofrecer más talleres de expresión artística y cultural para niños, jóvenes y adultos.
Indudablemente, todas las expresiones del espíritu que nacen de un impulso creador deben ser valoradas y promovidas para que se conviertan en una práctica común; que enriquezca nuestra vida social y sea determinante para una convivencia armónica y pacífica. A nivel general, las pautas a seguir para una gestión cultural eficaz las encontramos en las siguientes acciones: las difusión cultural, la formación artística, la capacitación de promotores e investigadores culturales, la preservación y el estudio del patrimonio cultural, el apoyo al desarrollo y difusión de la cultura popular en todas sus manifestaciones, lo mismo que el fomento a la lectura. Necesitamos mejorar el acervo de poco más de una docena de bibliotecas públicas que tenemos Guadalupe y articular su funcionamiento. Así mismo, haremos un gran esfuerzo por abrir casas de cultura en las comunidades y las colonias de nuestro municipio donde se establezcan clubes de lectura, talleres de creación literaria, artes visuales, danza y baile, música y teatro. También apoyaremos la creación de redes vecinales promotoras de las actividades culturales, así como la formación de grupos y compañías artísticas; las exposiciones en espacios urbanos; talleres infantiles y programas artísticos dominicales que además de impulsar la creatividad, también estimulen una mayor convivencia familiar.
En el plan Municipal de desarrollo, integraremos políticas públicas que coloquen a la cultura en el centro del desarrollo integral de las y los guadalupenses, procurando una mayor cobertura social de la cultura como antídoto a la violencia y las adicciones entre los jóvenes, y como instrumento formidable para revertir la degradación social y la pérdida de valores comunes.