El réferi de la pelea Canelo–Trout y el IEEZ
JAIME ENRÍQUEZ FÉLIX *
El bamboleo con la cintura del Canelo Álvarez, fue todo un arte durante 12 rounds. Un gladiador zurdo contra un derecho: dos figuras de mármol, uno negro y otro blanco –ninguno de Carrara- Dos colosos enfrentados por la supremacía de un título pero, más que nada, por presumir quién será el mejor boxeador del próximo lustro.
El vikingo rojo atacó en los primeros rounds cubriendo su rostro de los peligros del zurdo, pero siempre hacia delante, con la horqueta de las piernas bien definida para contrarrestar los embates de la guardia izquierda.
Austin Trout, el hombre de ébano, con un rostro felino, un cuerpo perfecto y una velocidad inusitada usando el Yap, se retiraba de cuando en cuando, para cazar al mexicano.
Llegó un golpe de nocaut que desfiguró al perdedor y nos mostró como si fuera cámara lenta, la forma en que la mano entró hasta el rostro de Trout quien trastabilló y llegó al piso del ring. Parecía haber llegado la etapa final.
El tercer hombre del encordado, el réferi, con una elegancia excepcional, con una discreción propia de la inteligencia, prácticamente no se vio en la pelea. Así deben ser los árbitros de las contiendas. Al final, girando 180 grados la estrategia, el Canelo destruyó al que hizo añicos la vida pugilística de su hermano, y lució ante un estadio encaramado de mexicanos y de los viciosos del ringside, demostrando que a los 22 años empieza a convertirse en una figura que llegará a ser seguramente, uno de los grandes de todos los tiempos.
El Consejo Estatal Electoral, debiera ser aficionado al box. Igual que en las contiendas electorales, en el box se cuentan por miles –y a veces por millones- los espectadores. La equidad depende del árbitro de la pelea. Zacatecas tiene un Instituto Estatal Electoral cuyos recursos públicos rebasan en mucho a los que han sido asignados a la mayoría de las Secretarías del Estado: casi 10 veces la de Turismo, casi igual que la de Desarrollo Económico; con un presupuesto muy similar al de la Secretaría General de Gobierno. Los consejeros ganan casi 100 salarios mínimos, sin considerar viáticos, gastos de relaciones públicas y demás. Incluso pueden tener otra chambita de 10 horas dando clases.
Hoy, la palabra ridículo es la más compatible con lo que son ahora los árbitros de la contienda electoral por venir. El bloqueo absoluto para las candidaturas independientes, que provocó la risa colectiva de los notarios cuando se pedía certificar de manera individual al ciudadano, para poder emitir su opinión sobre el aspirante a un puesto público no respaldado directamente bajo el membrete de algún partido político, en una prueba fehaciente de ello. Prevaleció, sin embargo, la consigna de convertir a los candidatos ciudadanos en delincuentes electorales: comprar la credencial de elector y obligar al votante a firmar un documento donde aparece hasta el número de muelas con que cuenta el susodicho.
Algunos aspirantes a candidato compraron las credenciales, otros sencillamente “descuartizaron” el padrón electoral con fotografía que tienen todos los partidos en su poder, sacaron las copias, las aventaron sobre una cama y pusieron las firmas de los “seleccionados”. Esa es la democracia del IEEZ, donde cualquier candidato que presentó esta documentación se ha convertido ya en un mapache potencialmente denunciable por cualquier ciudadano que se inconforme ante la FEPADE.
Después, por órdenes del señor gobernador, fue cancelada la alianza anti natura de PAN – PRD. Los tribunales federales derrumbaron la decisión del IEEZ; y en otra para Ripley, fue protegido el cacique del Movimiento Ciudadano –con el cual se ha enriquecido durante 12 años- en el que participa su comadre, la diputada Luz Domínguez, y por tercera vez en unos días, desbarata su decisión.
No ha emitido el IEEZ la resolución sobre el registro de las candidaturas independientes en su totalidad. Mañosamente, agotando los tiempos, ha pretendido evitar un resolutivo que es difícil expedir, porque va a ir en contra de la ley, para esperar solamente una resolución negativa, por parte de los tribunales algunos días después.
¿Dónde está el piloto? ¿Dónde está la transparencia? ¿A dónde quedó la autonomía de un órgano en el que debiéramos creer todos los zacatecanos? Esta figura acabará por convertirse en el IFE de Felipe Calderón, o en el IFE de la contienda pasada. A los consejeros actuales se les ve ya rostro de cadáveres y se observa en lontananza una contienda con poca credibilidad por la corrupción, la incapacidad y la obediencia ciega al poder del gobernador zacatecano.
